Cualquiermierda1

Páginas: 726 (181340 palabras) Publicado: 12 de marzo de 2011
John
KATZENBACH

JUEGOS DE INGENIO

—Quería un animal ideal para cazarlo —explicó el
general.
Así que dije:—¿Qué características tendría una presa ideal?
La respuesta fue, por supuesto:
—Debe ser valiente, astuta y, por encima de todo,
capaz de razonar.—Pero si ningún animal es capaz de razonar
—objetó Rainsford.
—Mi querido amigo —dijo el general—, existe uno
que sí lo es.Richard Connell,
The Most Dangerous Game

Prólogo

La mujer de los acertijosSu madre, que estaba agonizante, dormía con un sueño intranquilo en una habitación contigua. Era casi medianoche, y un ventilador de techo removía el aire en torno a la hija, al parecer sin otro resultado que el de redistribuir el calor que quedaba del día.
La anticuada ventana de celosía estaba ligeramente abierta a la noche color regaliz. Una polilla se golpeaba desesperada contra elcristal, decidida por lo visto a matarse. Ella la observó por un momento, preguntándose si la atraía la luz, como creían los poetas y los románticos, o si en realidad detestaba la claridad y se había lanzado a un ataque furioso contra el origen de su frustración.
Notó que una gota de sudor le resbalaba entre los pechos e intentó secársela con la camiseta, sin apartar en ningún momento la vista dela hoja de papel que tenía en el escritorio, ante sí.
Era de un papel blanco barato. Las palabras estaban escritas en sencillas letras de imprenta.

LA PRIMERA PERSONA POSEE AQUELLO QUE LA SEGUNDA PERSONA ESCONDIÓ.

Se reclinó en su silla de trabajo, tamborileando en el escritorio con un bolígrafo como un percusionista que busca un ritmo. No era extraño que recibiese notas ypoemas por correo, cifrados según claves de lo más variadas, con algún tipo de mensaje secreto. Por lo general se trataba de declaraciones de amor o deseo, o bien una forma de forzar un encuentro. A veces eran obscenos. Ocasionalmente constituían un reto para ella, eran mensajes tan complicados, tan crípticos que la dejaban perpleja. Al fin y al cabo, se ganaba la vida con eso, así que no leparecía del todo injusto que alguno de sus lectores le volviese las tornas.
Sin embargo, lo más inquietante de ese mensaje en particular era que no se lo habían enviado a su buzón de la revista, ni lo había recibido en el ordenador de la oficina como correo electrónico. Habían metido la carta ese día en el buzón maltratado y cubierto de herrumbre que estaba al final del camino particular de su casa,para que ella lo encontrase esa tarde, en cuanto regresara del trabajo. Además, a diferencia de los mensajes que estaba acostumbrada a descifrar, éste carecía de firma y de la dirección del remitente. No había ningún sello pegado al sobre.
No le hacía gracia la idea de que alguien supiera dónde vivía.
La mayoría de la gente que se distraía con los juegos de ingenio que ella inventaba...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS