Cuando era chico
La palmera siempre tiene hojas y da sombra. No importa quien sea el viajero acalorado, siempre tiene un lugar fresco. Como cristianos debemos ser igual.
A pesar de la hostilidad general,debemos ser un lugar fresco donde todos puedan sentirse cómodos. Debemos ser agradables y amables, ser sinceros y generosos, sin discriminar. Como Dios que ama a todos y a cada uno.
La palmera tieneel tronco derecho. Siempre es recto. Nuestra conducta también debe ser igual, aunque sea difícil, en un mundo corrupto y mentiroso, el cristiano debe tener una conducta derecha y recta. Aun con loscompañeros del colegio o del barrio, donde lo habitual es hacer trampa. Debemos mantener en cada elección, una vida santa.
Todo esto es posible, porque la palmera tiene una raíz bien profunda. Le hacefalta para poder conseguir la humedad necesaria para vivir. Solo podemos ser agradables y amables, rectos y fieles en un mundo hostil, si tenemos nuestras raíces bien profundas en Cristo, quienrefresca el alma.
Esto no es una prosa retórica, es una necesidad cotidiana. Cuanto más cerca estamos de Dios, cuanto más leemos la Biblia, cuanto más oramos y estamos en comunión con los hermanos, másprofunda se afianza nuestra vida, más sólido es nuestra base, más segura es nuestra estabilidad. Separados de Dios, lejos de su comunión estamos condenados al fracaso, a secarnos. Solo cerca de Dios...
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