Cuando Estoy Contigo
Cuando estoy contigo
Traducción de
Andrea M. Cusset
www.megustaleerebooks.com
Índice
Cuando estoy contigo
PRIMERA PARTE. Cuando nos tocamos
Capítulo 1
Capítulo 2
SEGUNDA PARTE. Cuando me desafías
Capítulo 3
Capítulo 4
TERCERA PARTE. Cuando me provocas
Capítulo 5
Capítulo 6
CUARTA PARTE. Cuando soy mala
Capítulo 7
Capítulo 8
QUINTA PARTE. Cuando te sometes
Capítulo 9
Capítulo 10
SEXTAPARTE. Cuando confías en mí
Capítulo 11
Capítulo 12
SÉPTIMA PARTE. Cuando te necesito
Capítulo 13
Capítulo 14
OCTAVA PARTE. Cuando somos uno
Capítulo 15
Capítulo 16
Biografía
Créditos
Acerca de Random House Mondadori
PRIMERA PARTE
CUANDO NOS TOCAMOS
1
Era pasada la medianoche cuando Lucien abrió la puerta de atrás de su restaurante y se
puso inmediatamente en alerta, silenciando susmovimientos. En la distancia oyó una voz
masculina y grave. Un intruso había violado la seguridad del local. Aunque en general
era un hervidero de gente —la clientela chic que cenaba tarde y los que iban de copas—,
el Fusion cerraba los domingos y los lunes. Definitivamente no debería haber nadie.
Cerró la puerta con sigilo y empuñó el taco de polo que llevaba consigo. Había ido con la
idea de cambiar aqueltaco astillado por uno intacto que guardaba en la taquilla del
almacén del Fusion. Ahora tenía otros planes para él.
La mayor parte del tiempo, Lucien mantenía la actitud vagamente autocomplaciente y
cínica de un libertino hastiado de la vida, un hombre que no necesitaba familia, país o
credo, y que reclamaba pocas de las posesiones terrenales a las que tenía derecho por ley,
las cuales, sinembargo, eran numerosas. Pero luchaba por lo que sí reclamaba.
Siempre.
No se había dado cuenta de que el restaurante que había comprado recientemente había
calado tan hondo en él hasta ese preciso momento, cuando estaba preparado para
presentar batalla por él.
Avanzó con cuidado por el pasillo en penumbra, siguiendo el resplandor de una luz
obstaculizada por la puerta entrecerrada que daba a laamplia zona de la barra del
restaurante. Volvió la cabeza y aguzó el oído. Un hormigueo le recorrió la columna
cuando oyó el sonido de una risa de mujer. La risa grave y sofocada de un hombre se
confundió con esta, ronca e íntima. Oyó el sonido inconfundible de la cristalería al
entrechocar, como en un brindis.
Lucien se acercó a la puerta e inclinó la cabeza hacia la abertura.
—¿Por qué juegasconmigo? —oyó preguntar al hombre.
—¿Jugar?
El pulso acelerado de Lucien pareció detenerse un instante al oír la voz de la mujer.
Resultaba extraño. Aquella mujer procedía del mismo país que él. Su tono era divertido,
melodioso y suave; y el acento francés tenía un dejo británico. Reconocía el acento
porque era muy parecido al suyo.
—Te estás burlando de mí —dijo el hombre con aspereza—. Llevas toda lanoche
haciéndolo. Y no solo de mí. Esta noche no había un solo hombre en ese restaurante al
que no tuvieses embrujado.
—En realidad estoy siendo muy prudente. Después de todo, vamos a trabajar juntos —
repuso la mujer, con un tono repentinamente más brusco, más frío.
Lucien tuvo la impresión de que se trataba de una señal de alarma.
—Quiero hacer algo más que trabajar contigo. Quiero ayudarte. Tequiero en mi casa...
en mi cama —insistió el hombre, ignorando la advertencia de la mujer.
Lucien pasó de alerta a irritado en apenas un segundo, cuando reconoció la voz del
hombre. No había interrumpido un robo en su local.
Había irrumpido un acto de seducción.
Indignado, abrió la puerta y avanzó a grandes zancadas a través del elegante comedor,
tenuemente iluminado. La pareja se hallaba de piejunto a la brillante barra de caoba, uno
frente al otro, con las manos en torno a sendas copas de coñac. Notó que la mujer se
apartaba ligeramente del hombre, como repelida por las insinuaciones de este. Desde
lejos, registró que llevaba un vestido de noche azul y plateado que se ceñía a unos pechos
firmes y turgentes y a unas curvas de carne prieta. El vestido descendía en picado a lo
largo de...
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