Cuando no tengo la razón
En mi interior, algo me decía que no utilizara mi don con él, así queme dirigí a las listas de alumnos, esperando que a mis amigas y a mí no nos hubiesen separado. Ningún cambio. Por lo menos esperaba de ésto algo bueno. Todavía seguía pensando en eso cuando sentí en mi hombro derecho dos dedos que me tocaron, llamándome. Me volteé para descubrir que quien me hablaba era el mismo chico que hacía un minuto había estado observando.
Y sin querer las palabrassalieron.
- No te conosco - dije, y ese escalofrío que siento al afirmar algo recorrió todo mi cuerpo. El chico nuevo, sólo me miró extrañado, dio media vuelta y se fue caminando a paso veloz hacia los sanitarios. Me sorprendió que se fuera, es decir, sólo debió de contestar que yo tenía razón o algo así y presentarse. No irse.
Olvidé el asunto, pero ese día solo me miraba indignado cada vez quecruzábamos miradas.
Desde pequeña, descubrí que tenía algo. Que era especial. Diferente a los demás. Que todo lo que yo afirmaba, era cierto. Si yo decía tener algo, ese algo se encontraba ahí, sin que yo me equivocara. Podía aparecer cosas con tan solo afirmar que estaban en donde yo decía. Tenía, en resumen, la razón. Nunca me equivocaba.
Abrí los ojos y miré el techo. Al fin me habíadespertado. Moví mi cabeza en dirección al reloj que se encontraba encima de mi buró derecho. 6:50, contaba con diez minutos para llegar a la escuela, y de mi casa hasta ahí, me tomaba cinco minutos en automovil. Claro que por otro lado estaba mi Don y con él llegaría en dos segudos. Con sólo decir que me encontraba en la escuela, aparecería ahí, pero mis papás sabían que yo me iva manejando y alver el auto en el garage, se preguntarían si habría huído de la casa, ya que una vez lo intenté hacer cuando tenía ocho años, y me descubrieron.
Me paré de la cama, bajé las escalerasy tomé las llaves del coche que se encontraban encima de una repisa donde se colocaban papeles importantes. Pasé frente al espejo de la sala y observé que tenía puesto el pijama. Abrí la puerta y me dirigí algarage. Entré al auto, lo encendí y miré el reloj. 6:52. Arranqué y salí de mi vecindario poco a poco; mientras observaba el paisaje, comencé a hablar.
- Tengo mi uniforme puesto, mi mochila está en el aciento del copiloto, mi cara lavada, dientes cepillados y brillantes. Mi cartera está en el bolsillo derecho de mi pantalón. Tengo el cabello suelto, ondulado, con una diadema rosada.
Sentí un granescalofrío debido a la gran cantidad de cosas que había dicho y afirmado, las cuales en menos de diez segundos se habían materializado ahí, donde no estaban. Llegué a la escuela a las 6:58. Me estacioné, tomé mi mochila y salí del auto. Caminé hacia mis amigas, y sentí como mi pelo castaño ondeaba con el frío viento.
- Hola - dije al acercarme; me miraron y sonrieron - ¿Cómo están? - Ninguna merespondió, solo miraban en dirección a mis pies. Bajé la mirada, aún tenía puestas mis pantuflas - Oh! olvide decir .. perdón, olvidé ponerme mis Vans - comenzaron a reírse - Ahora regreso, mis zapatos están en el asiento trasero de mi auto.
Entré a a la parte trasera y me acomodé. Como había dicho, ahí estaban. - Tengo puestos mis tenis.
Escalofrío y luego, sin mover ni un dedo, en lugar demis pantuflas estaban mis Vans. Les sonreí. Cuando me bajé, el timbre sonó y mis amigas se adelantaron a entrar. Sin duda el día sería aburrido. Traté de alcanzarlas, pero me quedé atrás y mientras nadie me escuchaba, susurré.
- Tengo mi ipod dentro de la mochila que estoy cargando.
Cuando entré al aula, miré los únicos dos asientos que no estaban ocupados. Uno de ellos se encontraba en buen...
Regístrate para leer el documento completo.