CUANDO TRES NO SON MULTITUD

Me enfrento por primera vez a la pantalla en blanco para compartir con vosotros un pequeño cambio vital que nos sucederá si todo va bien a finales del próximo mes de septiembre.
El año 2013 lafamilia González Soto aumentará en un nuevo miembro, lo que nos convertirá a Noe y a mí en padres de familia numerosa.
No sé si se trata de una necesidad o de una obligación el compartirlo con vosotros,pero me encuentro en un momento en que, de no hacerlo, la felicidad que estamos sintiendo no sería completa.
Nunca hemos ocultado que nos gustaría tener hijos, tantos como pudiésemos cuidar y vercrecer cómo se merecen. Así, han venido a completar nuestras vidas primero Clara y tres años más tarde Alicia.
Nos han enseñado la capacidad de amar y de dar sin límites del ser humano. Estoy seguro queserá la opinión de todo padre hacia sus hijos, pero no creo que pueda dar las suficientes gracias a Dios por haberme regalado estas dos pequeñas niñas que tengo. Son buenas, obedientes, generosas,cariñosas, divertidas... Son lo mejor que nos ha pasado en esta vida a mi mujer y a mí.
¿Por qué entonces embarcarse en una nueva aventura de ser padres? Hace años que venimos hablando de la posibilidadde aumentar la familia en el momento propicio. Pero hemos llegado a la conclusión de que si esperamos a ese instante idóneo, nuestra vitalidad puede no ser la óptima.
Ser padre implicadisponibilidad absoluta para el nuevo miembro. No se pueden ignorar sus necesidades, sus horarios, sus estados de ánimo. Su dependencia es total.
Y por ello nos hemos dicho, o es ahora o ya no será nunca. Lapequeña cumplirá 4 años cuando el nuevo bebé llegue, y la mayor hará los siete. Hemos considerado que más intervalo entre ellos sería demasiado.
Y, por fin, nos decidimos.
Ya sea por mi puntería degoleador, o por la innegable receptividad de mi consorte, lo cierto es que no nos ha dado tiempo a echarnos atrás. Dicho y hecho. Vamos a ser papás de nuevo.
Para más adelante quedan asuntos menores...