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Tal fue el éxito de su nuevo negocio que, en 1960, Lamborghini ya era el tercer industrial italiano en el sector de la construcción de maquinaria agrícola,especialmente de tractores. Con las ganancias obtenidas, Ferruccio empezó una vida opulenta, adquiriendo algunas propiedades, y sobre todo muchos coches deportivos como Mercedes, Lancia, Maserati y Ferrari. Eraun admirador de Enzo Ferrari por la forma en que mantenía su empresa, pero siempre tuvo una dificultad: Ferruccio tenía problemas mecánicos con sus Ferrari. El motivo en particular, y la gota quecolmó el vaso, fue el embrague de su Ferrari 250 GTB. Tras numerosas revisiones en el taller, todavía fallaba. Ferruccio decidió comunicarlo a uno de sus mecánicos, que tras desarmarlo y verificarlo,descubrió que era el mismo que utilizaba en sus tractores, claro que con un precio más alto al estar en un automóvil deportivo, lo que le enfureció. Cansado de tener que soportar estos inconvenientes,entabló una conversación con el mismo Enzo Ferrari que pasó a la historia.
Según las palabras del mismo Lamborghini: "Los Ferrari sólo me creaban problemas". "Un día, ya harto de mandarlos al taller,llamé a Enzo para decirle que sus coches eran pura basura". "Y me contestó que un fabricante de tractores no podía entender sus coches". A partir de esta curiosa discusión, el iracundo propietarioempezó a maquinar la idea de fabricar automóviles deportivos para competir con la marca del Cavallino Rampante.
Paralelamente a los superdeportivos con motor V12 se iban realizando otros menos potentes y"accesibles", como el Islero (1969), Jarama (1970) y Urraco (1972). Todos estos nombres son españoles, relacionados con la tauromaquia, que era la pasión de Ferruccio. "Miura" es un antiguo criador...
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