cuatro leyendas romanas (Tito Livio)
Rea Silvia: Sucedióle Procas, padre de Numitor y de Amulio, y dejó á Numitor, el mayor de sus hijos, el reino de la raza de los Silvios; pero la violencia pudo más que la voluntad paterna y el respeto a la primogenitura. Amulio expulsó á su hermano y se apoderó del trono: añadiendo un crimen a otro crimen, mató a todos los hijos varones de su hermano, y so pretexto dehonrar a Rhea Silvia, hija de Amulio, la hizo vestal, obligándola por tanto a guardar perpetua virginidad y privándola de la esperanza de tener sucesión.
Mas los hados debían al mundo, según creo, el nacimiento de ciudad tan grande y el establecimiento de este imperio, el más poderoso después del de los dioses. Resultando por violencia madre de dos hijos, bien por convencimiento, bien porqueun dios era más honesto autor de culpa, atribuyó á Marte aquella incierta paternidad. Pero ni los dioses ni los hombres pudieron librar a la madre ni a los hijos de la crueldad del rey: la sacerdotisa fue encadenada y presa y mandose que arrojaran los niños al río. Mas por maravilloso evento, el Tíber habíase desbordado, formando en las riberas charcas que impedían llegar hasta su cauce ordinario:sin embargo, los ejecutores de las órdenes del rey creyeron que en aquellas charcas, no obstante su poca profundidad, podían ahogarse los niños; arrojáronlos, pues, en la primera, en el sitio donde hoy se encuentra la Higuera Ruminal, que dicen se llamó Rumular en otro tiempo. Aquellos parajes eran entonces vastas soledades. Refiérese que siendo escasas las aguas en aquella laguna, dejaron enseco la cuna de los dos niños: una loba sedienta, atraída por el llanto de los niños, bajó de las montañas inmediatas, acercóse a ellos, y de tal manera se amansó, que empezó á lactarles, encontrándola el pastor mayor de los rebaños del rey acariciando a los niños con la lengua. Dase el nombre de Fáustulo a este pastor, y se refiere que se llevó a los niños, encargándolos á su mujer Laurencia. Nofaltan quienes crean que esta Laurencia era una prostituta a quienes los pastores llamaban Loba, arrancando de aquí esta tradición maravillosa. Tales fueron el nacimiento y educación de aquellos niños, que en cuanto fueron adolescentes despreciaron la ociosidad y vida reposada de pastores, atrayéndoles la caza a los bosques inmediatos; adquiriendo en la fatiga fuerza y valor, no se limitaronya a perseguir fieras, sino que acometían a los ladrones y repartían el botín entre los pastores; con estas cosas acudían diariamente muchos jóvenes, asociándose a sus peligros y a sus juegos.
El rapto de las sabinas: Era ya Roma bastante fuerte para no temer á ninguna ciudad inmediata, pero carecía de mujeres, y toda aquella grandeza había de desaparecer en una sola generación; no teniendoesperanzas de sucesión dentro de la ciudad, tampoco tenían los romanos alianzas con sus vecinos. En situación tal, Rómulo, por consejo del lunado, les mandó legados con el encargo de pedirles amistad y mujeres para esposas del nuevo pueblo. Las ciudades, decían, como todas las cosas del mundo, son pequeñas cuando nacen; mas después, si les ayudan su valor y sus dioses, adquieren renombre y poderío.No ignoráis que los dioses han patrocinado la fundación de Roma, y el valor romano no desmentirá este celestial origen: no debéis, por tanto, temer que ilustre sangre y vuestra raza se mezcle con ellos.» En ninguna parte recibió buena acogida la embajada; tanto despreciaban y temían a la vez aquellos pueblos para ellos y sus descendientes el poderío que se alzaba amenazador en medio de ellos. Lamayor parte preguntaron a los legados, al despedirles, por qué no habían abierto también un asilo para las mujeres, porque de esta manera habrían tenido casamientos iguales. Ofendióse por esta injuria la juventud romana, y desde entonces pudo comprenderse que se llegaría a la violencia; mas con el propósito de preparar circunstancias y paraje favorables, Rómulo ocultó su resentimiento y...
Regístrate para leer el documento completo.