Cuba

El Paisaje Rural

Jorge Enrique Cueto.

Nuestra historia fotográfica comienza aproximadamente en 1841, es decir, apenas dos años después de la invasión de la fotografía en el panorama cultural europeo. Con la apertura del primer estudio comercial en Cuba que representó el primero de su tipo en la región hispanoamericana y caribeña el invento de Daguerre encontró inmedia¬tamente su eco en lospaíses caribeños. La difusión de esta fascinante posibilidad de reproducir la realidad no se detuvo ante ninguna frontera, cruzó los océanos del mundo entero y se propagó en un abrir y cerrar de ojos desde las capitales a las pro¬vincias. El desarrollo que planteaba la fotografía atrajo numerosos artistas extranjeros a Cuba y otras regiones caribeñas, quienes legaron una considerable compilaciónde imágenes de la sociedad y del medio paisajístico caribeño del siglo XIX.
Una de las características más interesantes de esta primera fase de la fotografía fue la enorme movilidad de los daguerrotipistas que se lanzaron a documentan y ampliar nuevos mercados comerciales recorriendo el área de un extremo a otro y abriendo sucursales en las más variadas y distantes ciudades.
Pero la fotografía seconvierte en medio tal y como hoy la entendemos, cuando los negativos de vidrio y papel, de los que se disponía en Europa desde 1851, posibilitan la reproducción de la fotografía y, con ello su popularización.
Se convirtió en una costumbre el visitar una librería o galería fotográfica con el fin de comprar algunas vistas que le permitieran a los visitantes recordar la localidad, su paisaje ocualquier otro acontecimiento de interés. Así, pues, no resulta sorprendente que entre los primeros fotógrafos nos encontremos con muchos que se dedicaban a fotografiar paisajes o ciudades, o bien ambas cosas a la vez. Quizá se deba a la técnica: el hecho de tener que prolongar la exposición y, por tanto, ser extremadamente consciente del lugar, la óptica, la situación y elección del paisajepresuponía una intuición especial.La fotografía descubre también la monumentalidad del paisaje. La visión detallada se combi¬na con una vista de amplio alcance, consiguiendo una compleja síntesis.
De esta manera todos estos innovadores esperaban contribuir a la elaboración de una geografia universal. Los fotógrafos paisajistas fueron en su mayoría cultos y pretendieron ser, además, críticos;frecuentemente leyeron con anticipación obras relativas a los países que se disponían retratar. Estos artistas dejaron constancia de las variantes de la plantación (Cañaverales en Nueva Paz. José Gómez de la Carrera), y también de la flora y la fauna exótica de las regiones caribeñas que era totalmente desconocida para muchos en el Viejo Continente, la voluntad de los fotógrafos insistía en resaltar losvalores representativos del paisaje. En cada una de las fotografías dedicada al paisaje rural se precisa centralizar elementos autóctonos eliminando la mayoría de las veces cualquier vestigio de civilización. Esta temática fotográfica no trataba de obtener un interés económico, sino un placer estético. La fotografía comenzaría a convertirse entonces en un pasatiempo popular y ayudaría a conformar laimagen y la identidad del Caribe y al mismo tiempo la difundiría. Existía un interés por indicar las dimensiones del objeto de estudio a partir de contrastes de tamaños, la mayoría de estos paisajes verían luz en publicaciones de álbumes de estas regiones culturales, la obsesión por las vistas panorámicas de hermosos paisajes naturales de lomeríos, ríos, llanuras u otras variantes geográficas, hacenque la naturaleza se personifique dentro del discurso de la fotografía.
La naturaleza se convierte para algunos artistas en motivo esencial de representación; con fin científico y documentalista de las regiones caribeñas, la fotografía constituyó un nuevo medio para preservar y mostrar las especies locales. La fotografía durante el siglo XIX refuerza el valor testimonial (desde enfoques...