Cueca

Un mundo de guapos y cuchillos que fermenta en el matadero, se describe en los relatos de Fernando González Marabolí, cultor y fructífero estudioso de la cueca urbana. Reproducimos parte de ellos, obtenidos en conversaciones con el músico, productor e investigador, Mario Rojas.
Nacido en Santiago en 1927, de oficio matarife, cultor de la cueca o chilena, Fernando González Marabolí -al igual quesu padre y abuelos- es un investigador autodidacta de los orígenes de esta expresión del canto y la danza tradicional de América. Su aporte al trabajo académico de Samuel Claro Valdés en la investigación "Chilena o Cueca Tradicional" (Ediciones U. Católica, 1994), fue fundamental e iluminador. A lo largo del extenso texto, que incluye un capítulo escrito íntegramente por González Marabolí conanálisis de académicos de la UC, se establecen bases para una comprensión superior del legado artístico y la trascendencia histórica -y hasta metafísica- de la cueca chilena. Fernando González también ha recopilado miles de versos tradicionales que escuchó en su niñez, un buen número de los cuales se incluyen en el libro de Claro.

En conversaciones con el estudioso y revitalizador de la cueca, elmúsico Mario Rojas, González cuenta episodios de su vida e "historias del ambiente" del matadero, en donde circulan los "guapos" siempre a orillas de la delincuencia. En sus relatos el matarife es capaz de dar un salto olímpico desde la escena sórdida de la pelea a cuchillos hasta el complejo universo que rodea a la cueca. Dichos que, según Rojas, "escapan al contexto específico del canto y la danza,aunque manteniendo un fino -y a ratos determinante- vínculo sociocultural con el entorno cuequero de la primera mitad del siglo XX".


Mamita acompáñeme...
Mi padre tuvo dos hermanos: José Santos González, que era lanchero. Y Primitivo, que murió aún joven. La abuelita de nosotros era de Arequipa. Muy culta sí. Y tenía una hermana. Y como mi abuela estaba en Chile, la hermana se vino paraacá. Aquí empezó a trabajar en la casa de un alemán. Y el alemán le hizo una guagüita. Entonces, en una oportunidad, se la entregó a mi abuela en la estación: "Despídase de la tía". Y se la pasó a mi abuela cuando iba a partir el tren. Mi padre y su otro hermano estaban chicos. Mi abuela también era joven. Le dejó al niño y se fue a trabajar a otra parte. No vino nunca más a verlo. Salió un hombre demás de dos metros. Tremendas espaldas, así los lagartos... Hijo de alemán. Y como mi abuelo trabajaba en el matadero, llevaba carne. Entonces, se crió bien.

José Santos se hizo marino. Tenía lancha pescadora. Ese no fue a trabajar al matadero. Pero sabía pelear con cuchilla también. El otro hermano de mi papá era malo... Hay enfermos que tienen..., no sé, se les nota cuando quieren matar. Unosse ríen, otros como que lloran. Tienen muecas raras. Pero ahí van a hacer una obra de arte ya.
Dicen que una noche llegó este hermano de mi papá medio curao:
- Oiga mamita -le dijo a mi abuela- ¿por qué no se levanta pa' que me acompañe a cobrar las patas?

Alguien le debía platas de las patas que él entregaba. Supongamos que al mes, o una cuestión así. Y la mamá no quería. Pero después seempezó a levantar. Entonces el padre mío y su otro hermano se levantan también pa' acompañarlos. ¿Cómo iban a dejar que fuera la mamá a media noche? No había luz eléctrica, nada… Y los cogoteros por todas partes, y el barro y cuestiones.
Y entonces se van. Cuando de la oscuridad les salen tres.
- Ya, hasta aquí no más llegaron. Les salió gente al camino. Dicen los que los salieron a atajar.
Yllegan ellos y sacan la cuchilla, y se van encima a pelear. Y los cortan. El padre mío cortó a uno y ese arrancó. El que era del barco, el lanchero, cortó a otro y también arrancó. Y el hermano de mi papá, que era malo, no le pegaba al otro. Lo iba arrinconando pa'la muralla.
Cuándo llegó a la muralla, se la metió la cuchilla en una parte, y se la volvió a meter. ¡La pescaba con la otra mano y...