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un ataque al corazón trágico a la tierna edad joven de quince años y medio, Jennifer Davis pensó. eso es lo que los titulares dirían mañana. se puso de pie sobre sus pedales, pero tuvo que sentarsede nuevo cuando la rueda trasera de su bicicleta de montaña perdido tracción. menos de mediocamino hasta la última subida de la carrera, ya que sus pulmones se sentían como si estuvieran llenos dealquitrán caliente. peor, podía oír el crujido de los neumáticos inconfundible acercándose a ella por detrás. jennifer glaced bach por encima del hombro, ignorando el color de la quema de la puesta desol como la luz que se filtra atraves de la niebla con humo PHOENIX, y se centró en la cara del jinete detrás de ella. la buena noticia era que parecía que estaba en mal estado. su boca estabacompletamente abierta y, a pesar del frío seco del desierto, el sudor literalmente streaming de la nariz. La mala noticia era que se sentía como parecía. el ángulo de la colina aflojó un poco y Jennifer selevantó de nuevo. esta vez su neumático a cabo y que era capaz de acelerar un poco, luchando por mantenerse al frente. la pintura detrás de ella se hacia más fuerte mientras el piloto comenzó a cerrar ladistancia entre ellos. jennifer regañadientes alivió su bicicleta adecuada para permitir un carril para que pase, y luego dejó caer la cabeza y pedaleó con todo lo que tenía.
unos veinticinco metrosde la cima de la colina, cuando estaba a sólo unos centímetros atrás, se dio por vencido. oyó un jadeó obscenidad y el clic inconfundible de marchas mientras se redujo la marcha. jennifer permanecióen pie por si era una broma o él se enteró segundo, pero cuando miró de nuevo, él estaba fuera de su moto, empujándola lentamente hacia la colina. en la parte superior de la subida, jeniffer seinclinó hacia adelante y apoyó los brazos contra su manillar. un cuervo pequeño pero entusiasta alineado el estrecho sendero, y ella deslizó con cuidado por ellos.
podía ver a sus padres abriéndose paso...