Cuentas
Hace pocos días, el madrileño periódico El País publicó la noticia de la formación de un nuevo bloque regional latinoamericano, formado por Chile, Perú, Colombia y México, todospaíses ribereños del océano Pacífico, unidos para mejorar sus relaciones comerciales y políticas con China y los mercados asiáticos. En una acción del realismo político, el presidente Humala no hadudado en formar parte de esta asociación, soslayando antiguas simpatías y demostrando que no tiene complejos de hepatócrata que gobierna según los humores de su hígado.
El mundo actual es de losemprendedores, de personas que buscan producir lo mejor, vender a los mejores precios y buscar dónde hacerlo. El mercado de China es el más grande del mundo, con sus 1.389 millones de habitantes. En elAsia están otros grandes consumidores como Japón y los tigres de la Asean. Son más de mil ochocientos millones de personas, de alta capacidad de compra, a las cuales se les puede vender nuestraproducción. La China es un ejemplo de pragmatismo. A raíz de la muerte de Mano Zedong, el gran estadista e ideólogo Deng Xiaoping, uno de los más importantes visionarios mundiales del siglo pasado, pudocomprobar el fracaso de la economía centralmente planificada y dirigida e introdujo un nuevo concepto de modelo de producción: “la economía de mercado planificada”, con sus cuatro modernizaciones y suscuatro principios. Los puedo sintetizar, injustamente, en una frase típica del estilo chino: “Gato blanco, gato negro, con tal que cace ratones”, principio que guía el pragmatismo de Deng y sus actualesgobernantes. Eso explica el crecimiento impresionante de China en los últimos 30 años, su imparable y sostenido incremento del PIB, superior al 7% anual, el abandono de la miseria de más de 200millones de chinos, el gran crecimiento de una clase media consumidora, la dedicación privilegiada a la investigación científica, evidenciada en el apoyo al parque instalado en Zhongguancun, en Beijing,...
Regístrate para leer el documento completo.