cuento corto

Otro día en Dublé Almeyda
Cada habitante de la conocida Dublé Almeyda la ha preferido por algo. Puede ser por su ubicación al lado de la irreverente y nunca tranquila Irarrázaval, opor su excelente ambiente y tranquilidad, pero lo que sin duda más ha llamado la atención de esta antigua calle, es la exquisita diversidad que en ella se puede encontrar. Desde JoséMiguel Infante, hasta Américo Vespucio, cada esquina se caracteriza por su entorno y su gente; ¿es que acaso estos hombres se pusieron de acuerdo para hechizarnos en un ambiente único? Elpeor y más maquiavélico de todos es el viejo Dublé Almeyda; sus calles moradas por adultos mayores y jóvenes independientes no rompen la regla ni la excepción. A los primeros loscongela en el tiempo recordándoles ese pasado mejor, y a los de hoy, a nosotros, nos da el sabor de la calma y de un comienzo. Ver niños jugando en las calle puede que sea difícil deencontrar; pero el orden y el respeto, se plasman en cada esquina.
El silencio y la paz están en Dublé Almeyda, y es por ello que la magia de su entorno predomina y absorbe a cualquiera. Eneste se puede encontrar la modernidad avasalladora del gran Santiago con sus edificios altos y delgados, hasta las casonas más antiguas, grandes y originales. Desde un estilo barrocohasta un alto edificio moran en el. El alférez no se corrompe como su vecino Irarrázaval o Grecia, no, el no permite las grandes tiendas o la exagerada publicidad, solo admite transeúntesy vecinos que lo puedan disfrutar.
No hay perros callejeros, no hay casas feas ni basura en la calle. Es domingo y sigo en la calle de antaño que deleita a los de cabellera blanca ypiel de historia. Mi estancia es solo temporal y debí haber partido hace dos días; pero la tranquilidad de este viejo caballero me hizo quedarme a disfrutar del.

Marta Villarroel.