Como cristo separado de la cruz parecías en aquella cama-cuadro mientras dormías. Tú pelo claro y tu semblante sereno hacía de tu rostro una tranquilidad estética.No quise tocarte, parecías la revelación de un tesoro, una pintura italiana, esa armonía en los colores y lo marcado de tus músculos, por unos minutos admire tubelleza. Yo no soy muy conocedora del arte, pero fue fácil reconocer este momento único e inolvidable, se olvida el tiempo y se colecciona la imagen.Me acosté junto a ti lentamente. Tenías calor. Te quedaste desnudo hasta lamadrugada. Cambiaste de postura y me abrazaste calidamente, como un engranaje, tu veías mi espalda y separabas con tus manos aquellos cabellos que como niños que queríanllamar la atención de sus padres toda la noche nos habían interrumpido en es contacto tan placentero.
Nos comunicábamos en nuestros encuentros con besos, abrazos,gemidos y silencios , no hablamos , a veces nos miramos como quien mira a un pozo o como quien mira el mar abierto… la nada… el infinito.
Te volteas y nos vemos de frentey como una excepción en nuestra comunicación sonreímos, ya es de mañana, estamos satisfechos. Cuando de repente todo se quiebra, hablas y hablas, rompes el encanto, elmundo perfecto que duro algunas horas, lo rompes con palabras que ya son innecesarias, verte y sentirte es suficiente, tu voz zumbido de moscas me aturde y lo único quequiero es salir….sigues hablando y ni siquiera trato de entenderte y como autómata asiento con la cabeza, pero la verdad, es que realmente no me importa nada de ti.
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