Cuento de las 12 uvas

 Las 12 uvas

Desde aquel día, Roberto, nunca más volvió a sonreír, la rutina era su única razón de vida y cada día empeoraba su situación, solo faltaba algo grave para su muerte o decisión de cambiar.

Diciembre 31
Ya han pasado 2 años desde que la tradición fue prohibidaen este pueblo, la gente pensaba que era obra del diablo y a algunos ni siquiera les importaba.

Era una tarde color naranja, recién cumplidas las 18:00, el cielo se dividía en dos ejércitos que representaban la guerra entre la luz de la luna y la luz del sol que desvanecía hasta la mañana del otro día, era un atardecer hermoso, típico de diciembre.

Roberto llegaba a su casa, con el mismoaspecto de repulsión a la vida de siempre, vivía en el 3er piso de un apartamento agradable donde el silencio solo rompía cuando el viento silbaba, esto gracias a que sus vecinos eran ancianos.
Girando ya el viejo oxidado manubrio que no combinaba con la puerta de caoba, empujo lentamente y no se imaginaba lo que le esperaba adentro…
-Ya llegaste!.
-Quien diablos es usted?! – Pregunta RobertoEra un señor mayor de cara alargada y estrujada con parpados que caen como si fueran de plomo y entre sus dedos descansaba un cigarro habano. Roberto molesto y sorprendido pero no asustado por el inofensivo aspecto de aquel señor comienza a sudar y a insistir que le responda.
-Le he preguntado que quien es usted y que hace aquí.?! – con ojos de furia y frente sudorosa hace que el señor responda..-He venido a decirte que estas en peligro, solo eso y la única forma de salvarte tú mismo es llevándote de mis instrucciones – Responde con voz ronca y seca.
Roberto sonríe y con cara sarcástica le pide al señor que salga o llamara a la policía.
-Me iré, pero te advierto que ’’las 12 uvas’’ te esperan en el bar, son las capaces de eliminar el infierno que vives, queda poco tiempo. –dice elseñor marchándose por la puerta con su bastón de roble y tope de cristal.

Roberto cierra la puerta siguiendo su paso hasta el balcón, observa al viejo cruzar la calle y desaparecer. Contagiado por el olor de aquel cigarro, se antoja de uno y se recuesta del sillón que daba vista al balcón, junto al sillón tenía un tocadiscos lleno de polvo, reflejaba lo poco que lo usaba.
Sonando ya un bolero depedro infante, el cigarro entre sus manos, el calor intenso y la luz que anaranjaba su apartamento, Roberto descansa los ojos para olvidarse de su desgracia y se duerme.

Ya eran las 19:15, la luna ganaba la batalla contra el sol, la noche invadía el pueblo y faltaban pocas horas para la despedida del año. Roberto estaba empapado de sudor, el intenso calor lo estaba despertando, las gotas queempezaban desde su frente bajaban al cuello y goteaban desde su brazo, le picaba el cuerpo y por alguna razón Pedro Infante ya no cantaba y el humo que antes olía no venia del habano.
Despertó y dio un brinco del sillón, la sala estaba naranja pero no era la luz del atardecer, se vio las manos y se dio cuenta que su cigarro había caído en las sabanas que abrazaban el piso junto al sillón, estabanhechas cenizas.
Era un incendio, fuego desatado por el mismo a su única zona de paz y tranquilidad en el día, la vida nunca había sido tan desgraciada.
Salió corriendo del apartamento y dejo marcada la calle con su lágrimas, su corazón galopaba a velocidad de un leopardo, se sienta en la acera solo, la gente pasaba y no lo miraba, mínimo era una maldición, pensó en actuar como psicópata paraaplicar en el manicomio busco todas las maneras de escapar de su realidad hasta que decidió suicidarse.

Con la cara manchada por el humo negro y la ropa desgarrada, caminaba por el pueblo viendo a las familias preparadas para celebrar el nuevo año, a los compañeros bebiendo y esperando la celebración, planeando la manera en que se iba a deshacer de su vida se topa con el bar mencionado por el...