cuento de terror
El orfanato maldito
En un tiempo remoto, escondido entre los frondosos bosques franceses, se encontraba un orfanato de alto prestigio, era de dimensiones desproporcionadas, con una arquitectura gótica excelente, típica de la época renacentista, lúgubre, tenebroso, de pasadizos oscuros, paredes despintadas, arcos apuntados, gárgolas de donde de sus bocas deformes salía un agua turbia ynegra durante las largas y fuertes tormentas de los más crueles inviernos.
Era un orfanato religioso, llamado "La Virgen del Carmen" y allí, miles de historias se han contado, por supuesto, de miedo.
Yo viví entre ésas paredes, solo era una adolescente que había pasado toda su infancia en esos aposentos tan deprimentes. La pobreza era nuestro pan de cada día, las chicas estábamos en el alaoeste, y los chicos en el ala este. Las normas eran rectas, las monjas, mujeres amargadas por su vida y que disfrutaban de su existencia torturando a sus alumnas, haciendo los peores crímenes jamás contados en nombre de su creador, su tan fiel divino Dios, no era extraño que muchos de sus alumnos y alumnas prefirieran ir de la mano del diablo que de su santo creador, puesto que lo único que recibíana cambio, haciendo bien o mal, eran golpes de esas brujas, o ir directos a la habitación oscura, así la llamábamos, un pequeño armario donde nos encerraban durante algunos días, sin poder comer ni salir como castigo a cualquier tontería, estaba llena de heces y orina, absolutamente abominable, incluso con vómitos secos. Era repugnante.
No quiero hablar de sus métodos "pedagógicos", quierohablar de algo mucho más aterrador. Aunque parezca mentira, cuando se es pequeño, te adaptas a cualquier situación, el instinto de supervivencia es más grande que todo lo demás, y al final, después de tantos años, una parece acostumbrárse, a ser inteligente y evitar los castigos, escapar de ellos y ayudar a tus compañeras, y por supuesto, devolver el castigo a nuestras "maestras".
Recuerdo quehabía un largo pasadizo en el ala oeste, donde estaban las habitaciones de las chicas, dormíamos de cinco en cinco, literas delgadas y duras que te rompían la espalda, una fina sábana y una manta áspera era todo nuestro abrigo, y para colmo, nuestro pijama era un fino camisón blanco que se abrochaba con un lacito en la clavícula, para que no se viera nada "pecaminoso" (como si los chicos nos pudieranver (que estaban en la otra parte de los pasadizos). La comida era tan escasa que todos estábamos delgados, y es que, para esas monjas, la delgadez era símbolo de humildad y el hecho de no haber caído en la tentación del pecado de la comida, de eso no tenían porque preocuparse, todas estábamos en los huesos, y en invierno, el frío era más duro por nuestra delgadez. Nos obligaban a rezar cuando noslevantábamos de la cama, cuando una de las monjas pasaba por cada habitación para despertarnos con su voz ronca y más parecida a la de una bruja. Nos obligaban rezar a las horas de la comida y a la hora de dormir, más los domingos que nos hacían ir a la pequeña capilla que estaba pegada en el lado sur del orfanato.
Ésas mujeres eran peores que brujas, que el demonio en persona, avariciosas,egoístas y unas sádicas. Me acuerdo que con unas compañeras, descubrimos que muchas de ellas guardaban el chocolate que se compraban a escondidas en el pueblo más cercano en su mesita de noche, nos descubrieron y nos obligaron a meternos en una bañera con agua helada para obligarnos a que no dijéramos nada a los sacerdotes. Otro par de pecadores.
Eran miles las historias de monjes y sacerdotesque vivían allí los cuales habían abusado sexualmente de muchas de nosotras, por suerte, yo no fui una de ellas, pero cuando la noche caía, y los pasos lentos en el pasillo se escuchaban, me ponían la piel de gallina, recuerdo que una vez, el monje Ricardo entró en nuestra habitación y cogió a la fuerza tapándole la boca a una de mis compañeras, todas nos hicimos las dormidas mientras él...
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