Cuento Descriptivo
There are places I’ll remember all my life
Lennon/McCartney
No sé a qué viene la pregunta pero voy a contestarte: Claro que me acuerdo del patio de tu casa. Me acuerdo porque tengo esa virtud de la buena memoria, que no sé si es la causa o la consecuencia de tanta nostalgia. Me acuerdo perfectamente de cada objeto y cada detalle aunque hayan pasado tanto tiempo ytantas cosas desde entonces. La mitad estaba descubierta y había unas matas descuidadas, supongo que nunca nadie se molestó en podarlas y por eso se veían tan verdes y tan vivas. Me acuerdo de una época en que una de las niñas tuvo un conejo blanco que se escondía entre esas matas. Se escondía donde nadie pudiera alimentarlo ni consentirlo. En el rincón más oscuro, donde nadie pudiera siquieraverlo… yo también me he sentido así, como el conejo misántropo, pero nunca he tenido la suerte de encontrar un buen rincón…
El patio era el centro de la casa, no tenía paredes y por eso cuando llovía el primer piso era un desastre, claro que eso a mí no me importaba, porque desde siempre he encontrado la lluvia muy inspiradora. Yo te miraba reír y pensaba cosas que yo decía que eran poemas mientrasFania corría de un lado a otro con un balde y un trapeador. De noche era diferente porque no había nadie que silenciara las voces de las gotas que se estrellaban contra todos los objetos, y las gotas hablaban, incluso una noche cantaron, me acuerdo muy bien, me acuerdo muy bien de la lluvia, del patio y de tu casa. Al fondo estaba la cocina, tenía dos estufas pero sólo una servía, esa era la menosimportante. La otra era grande y vieja y, aunque todo el fuego del mundo y sus alrededores no alcanzaría para encenderla, se mantenía tan orgullosa como siempre. Doña Alcira siempre hablaba de mandarla a arreglar pero todos, incluso ella, sabíamos que eso nunca ocurriría. De atrás de la estufa salían cucarachas que corrían por el patio y llegaban hasta la sala. Nunca te lo dije para no parecersobretrascendente - en esos días, para qué- pero yo estaba convencido de que las cucarachas tenían una misión: hacernos sentir dioses. La vida de los insectos estaba en nuestras manos o mejor dicho en nuestros pies. Las pisoteábamos como si fuéramos dioses crueles y caprichosos, así de simple, matábamos la desafortunada cucaracha que se nos acercara y luego llamábamos a Fania para que recogiera elcadáver y lo arrojara a la caneca. Mientras tanto, supongo yo, desde atrás de la estufa las demás cucarachas observaban y reían. Algún día caminarían sobre los cadáveres de millones de humanos calcinados tras la explosión masiva iniciada por algún dedo todopoderoso presionando un botón rojo. Las cucarachas habían recorrido el mundo antes de que apareciéramos y lo seguirían haciendo después de nuestradestrucción. Beberían nuestra sangre y caminarían triunfantes con las antenas en alto, orgullosas y en representación de todas las especies que destruimos, excepto de la nuestra, que a la larga era la más despreciable.
Claro que me acuerdo del patio. A la izquierda estaba el comedor, bueno, me refiero a la mesa con cuatro sillas donde las niñas hacían las tareas. “Comedor” sería inadecuado,jamás vi a alguien sentarse a comer en esa mesa. Doña Alcira tomaba los alimentos en su cuarto. Desayunaba a las siete, almorzaba a la una y comía a las seis, con la impresionante exactitud de un tren ruso. Fania le subía todo en una bandejita. Las niñas almorzaban en el colegio y ustedes en los comedores de la universidad. Los fines de semana pedían arroz chino o sacaban algo fiado en la tienda deenfrente, donde atendían una señora que era fan de Vicente y un señor de bigote chistoso que dizque era músico y había tenido una academia… No, espera, una vez comimos ahí, era un domingo por la noche y en la televisión Pacheco hacía chistes estúpidos en uno de sus programas de concurso. Preparaste sandwichs y Chocolisto. Creo que esa fue la única vez, de resto la mesa sólo era para que las...
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