Cuento el amor de mi vida
Lucia Gabriela Martínez
Desde que lo vio por primera vez, lo amó. Lo amó con ese amor perruno y entregado que no pedía nada y lo daba todo, por una mirada, por una sonrisa, por el roce leve de su mano.
Y es que él, era bello, irradiaba luz, se movía como un gato, de cara y cuerpo perfectos, era para ella, quien nunca estuvo muy convencida de su propia belleza, como undios menor bajado del Olimpo especialmente para ella.
Y se enamoró. Así. De plano. Sin límites ni precauciones.
Él recibió su adoración con displicencia. Como el rey que recibe una ofrenda.
Por un tiempo la felicidad fue intensa y angustiosa para ella. Lo amaba. Lo amaba y su mundo se cerró para todo lo que no fuera su hermoso amado. Lo colocó en su interior, en un altar, lo adornó con todaslas virtudes y cualidades humanas y algunas cuantas divinas. Ella, que siempre había sido fuerte, altiva, se puso de rodillas en su corazón para adorarlo sin medida. Y mientras en él duró el interés, la novedad de la conquista, ella fue feliz con las ocasionales caricias y las estudiadas sonrisas.
Pobre. No sabía que casi siempre bellezas tan radiantes por dentro están vacías.
Y él se cansó de laternura, le salió sobrando un día la ofrenda de amor incondicional, estaba acostumbrado a recibirlas, ahí, ya no había aventura ni excitación, ni novedad…
Ella se quedó perdida en el desierto de su dolor, sin querer creer que había llegado todo a su fin. Lo llamó, lo buscó, justificó hasta lo inverosímil sus silencios, y sus ausencias.
Queriendo sacar su imagen de su corazón y su cabeza, dibujópor horas su retrato a lápiz, lo mandó enmarcar y aun se lo envió, como regalo póstumo. El tomó el cuadro aquel que tantas tardes de silencio en soledad había costado, y lo arrumbó junto con el amor despreciado en el cuarto de los cachivaches…
Ella se perdió aún más en un submundo de silencios y tristezas, de llantos y de insomnios, Se vistió de depresión y justificó su dolor con doce enfermedadesdiferentes. Se preparó a morir, porque un amor tan grande merecía ese final, pero la Muerte no llegó. Bien dicen que ni Dios ni la Muerte enderezan jorobados ni cumplen caprichos. Y a ella no le quedó más remedio que hacer bolas su amor desairado y comérselo bocado a bocado, como si fuera un fruto amargo y eterno.
El amor en sus entrañas se transformó en fuego, que por las noches quemaba, y ellase mordía los labios y apretaba los ojos para no dejar salir los gritos ni derramar más lágrimas: te lloré lo suficiente –decía- por ti, ni una lágrima más.
Poco a poco, como el tiempo nunca para, aquel fuego de su amor acabó por apagarse. Un día ella miro en su interior y al verlo ahí, una figura pequeñita y agazapada, le dijo: Tú no existes, y la figurita como un ratón se refugió en suinconsciente. El mismo día alguien le preguntó por él y ella respondió: No lo conozco.
Días después se encontraron por la calle, él hermoso como siempre pero ella pensó: Ya no resplandece tanto. Y abrió apenas los labios para musitar un buenas tardes que sonó desganado. El la miró y pensó que después de todo, ella no había cambiado tanto, y probó con ella la sonrisa número veintitrés que tanto antes lehabía funcionado.
Pero ella era ya inmune a sus encantos.
Se fue por la calle caminando, bajo el sol del ocaso, siendo libre, siendo pura, siendo virgen… y conforme sus pasos avanzaban, iban desprendiéndose de ella, lenguas de fuego apagadas que tapizaron la calle como secas hojas de árbol
BIBLIOGRAFIA: http://www.losmejorescuentos.com/cuentos/romanticos1757.php
Nombre: Reniery AlexisQuintanilla Alas
Cuenta: 314111401
RESUMEN
Una chica que conoce a alguien tan hermoso que se enamora al instante con tan solo verlo. Ella lo daba todo porque ese hombre le diera cariño un abrazo, una mirada, una sonrisa, un gesto la volvía loca.
El tipo al recibir tanta atención, cariño y bienes fue feliz durante un tiempo mientras duro la pasión por la piel la codicia de tener cosas nuevas pero...
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