Cuento Español

UN AMIGO SECRETO
Había una vez una joven llamado Eduardo, ese soy yo, piel morena, alto, amante del futbol, no soy un alumno de dieces, ni de nueves, el ocho no es mi especialidad, y el siete rara vez se presenta, pero ese no es el punto, ciertamente soy muy contestón, rebelde y lo que me paso a mí, rara vez se le presenta a alguien.
Un día después de llegar de la escuela, avente al suelo,como era costumbre, mi mochila, sin pensar que un amigo secreto me empezaría a hablar.
“Podrías tratarme mejor si quisieras”
Me desconcerté un segundo, rápidamente me levante de la cama -¿Quién dijo eso?
“Crees que es divertido cargar todas tus cosas” -volví a oír la voz
Una vez más, sin saber a dónde dirigir la mirada, pregunté temiendo de la respuesta
-¿Quién eres? ¿De qué hablas? ¿Dónde estás?-¡Aquí abajo idiota!- supe que era la mochila.
-¿Qué tú?.... ¡NOOO!, me conteste a mí mismo.
-Debo estar muy cansado- entre asustado y desconcertado baje rápidamente a la cocina donde estaba mi mamá.
-¡MAMAAAAAÁ! – grite.
-¿Qué te pasa?- respondió mi mamá alterada.
Pensé un poco las cosas y supuse lo que me diría, (igual que todo el mundo), “estás loco”, así que decidí no decirle nada.-Olvídalo, ya recordé donde guarde mis calcetines- fue lo primero que se me ocurrió.
-¡Chamaco baboso!- respondió enojada mi mamá, dándose la vuelta.
Subí nuevamente al cuarto y abrí lentamente la puerta y tembloroso grite tartamudeando
-¿To-todavía, es-estas aquí?
Al oír el silencio común de mi cuarto, mire la mochila que no se movía, ni hablaba, después me sentí como un estúpido de haberpreguntado, aún más porque nadie me respondió. Después de esto, entre con toda confianza, como si nada hubiese ocurrido. Pasaron las horas y llegó la noche, mientras cerraba los ojos, no le quitaba la mirada de encima a la mochila que se veía indefensa.
Al día siguiente, sentí la necesidad de contárselo a alguien, no podía guardármelo y decidí hablarlo con mi mejor amigo Samuel o como yo le decía“Samy”, un tipo chaparrito, güero y según las mujeres atractivo bastante burlón, sarcástico y divertido cuando quería, iba en mi salón.

-¡SAAAMYY!- grite mientras corría para alcanzarlo para entrar juntos al salón y contarle lo que me había pasado.
-¿Qué onda? ¿QUÉ PASO? – respondió Samy, esperando que le contara un chisme nuevo, de los que a él y a mí nos gustan.
-Le susurre al oído: ¡MI MOCHILA MEHABLO AYER O AL MENOS ESO SENTI!
Samy, abrió los ojos lo más grande que pudo, y como era de esperarse se soltó a carcajadas.
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...
Pasados cerca de 3 minutos, a que se le bajara la risa, prosiguió:
-¿Y qué? ¿Te preguntó cómo estabas? ¿Cómo te llamabas?- con un tono burlón, característica de él.
A decir verdad, no esperaba otra respuesta, era algo ilógicoque un objeto sin vida le empezará a hablar a un ser humano, yo tampoco lo hubiera creído si alguien me lo contará.
-Ya Samy, no lo tomes de juego, ya se “estoy loc…
-Ciertamente si, ya no te daré de mis “dulcecitos” o baja la dosis que te están afectando.- interrumpió Samy apunto de soltarse otra vez a reír.
“Imagínate si tus padres se enteraran lo que traes adentro de mi”
-¿Qué dijiste? –volteé rápido la cabeza
-¡Ashh! ¿Otra vez escuchando voces? Yo no dije nada, olvídalo y mejor entremos al salón que “Godzilla” ya no tarda en llegar. – me respondió Samy.
Y ambos seguimos nuestro camino en el corredor, riéndonos.
-¡Rgggg!- la chicharra sonó.
-Ya vámonos, hay que aprovechar el sol radiante,- dijo Samy, tratando de animarme.
Nos dirigimos a las canchas más cercanas, sin pensar queaquel sol radiante, se nublaría trayendo consigo una lluvia espantosa.
-Ya chavos, a sus casas, nos vemos- dije mientras me alejaba corriendo.
Guarde mis tenis llenos de lodo en mi mochila, para que mamá no me regañara, y me dirigí a mi cuarto, tirándome a la cama boca abajo.
“No me molestaría si pudieras sacar estos tenis sucios”
Sin levantarme o voltear, respondí con flojera – ¡Si mamá!...