Cuento_ficción

Los truenos y los destellos de luz lo despertaron. Rápidamente levantó la mirada al techo y observó el cielo, su visión era limitada, aunque no había penumbra total. No había luna. Últimamente al cielo se le había visto de una mezcla de azul marino con gris oscuro, gris que probablemente se debía a las inmensas nubes cargadas de lluvia que circulan por él, o tal vez sea el aire contaminado,saturado de partículas de polvo y gases tóxicos, quizá sean las dos cosas. En un parpadeo sus vagos recuerdos lo trasladaron dos años atrás, quizás tres; en su habitación, la noche cuando vio la luna por última vez; subiendo las cejas hizo un zigzag con los ojos y notó que tampoco habían estrellas, creyó divisar una a lo lejos, fijó sus grandes pupilas donde las montañas pueden con sus crestas deroca y nieve, tocar el cielo; se talló los ojos para cerciorarse de que su vista no lo engañaba, tal como lo había hecho ya en otras ocasiones, y nuevamente asentó la vista en el punto de luz, esta ocasión fue diferente; se dio cuenta de que en realidad no había nada. Su vista, o mejor dicho, su mente, le jugó una nueva broma. Llevándose la mano por detrás de la cabeza y metiendo sus dedos entresu cabellos se rascó la nuca, soltando una breve sonrisa de confusión, sacudiendo un poco la cabeza volvió a mirar por vez tercera el punto, pero no; no había nada, ninguna luz, ni ninguna estrella, sólo estaban las nubes cargadas de lluvia que parecían inmóviles, como si esperarán su turno en una larga fila, una por una, descargar su furia contra la humanidad. O con lo que queda de ella. Unaespecie de venganza.
Comienzan a caer las primeras gotas ácidas, con una voz suave e imperante Xavier Vázquez Jr. le ordena a su habitación XT-E625 que vuelva el techo a los colores habituales, un paisaje soleado, con un río que atraviesa el bosque y en donde se observa a los osos virtuales beber agua transparente y cazar algunos salmones para alimentar a sus crías. Hace sonar la radio mientras serecuesta sobre el sofá y pide a Zara prepararle un té de hojas de naranjo, Zara se lo entrega de inmediato. De cierto modo, Xavier se sentía contento, había dejado atrás ese remordimiento que le provocaba el haber cambiado de dos de sus tres últimas semillas de trigo, mismas que le regaló su padre antes de partir al exterior por ese moderno apartamento de tecnología inteligente. Un precio bastanteelevado, quizá excedido; pero que bien valió la pena gastar para poder llevar la vida que actualmente tenía, no cualquiera podía darse ese lujo… y no es que Xavier Jr. fuera rico, sino que su padre, Mr. Xavier tuvo que donar a los Laboratorios Deschanel los restos de Ohm, su fiel amigo, compañero de aventuras y noches de desvelo; era labrador, un hermoso ejemplar sin duda alguna, único en cientosde kilómetros a la redonda, quien despertó una mañana verdaderamente fría, los termómetros marcaban -241 °K y se registraban vientos de hasta 130 millas/hora. Ohm recién levantado salió en busca de alimento a la habitación de su amo, pues su contenedor había quedado vacío desde la noche anterior y su estómago no hacía más que exigir una nueva ración. Después de abandonar su pequeña casa ubicadaen la sala, junto a la chimenea y dejando detrás un par de mantas térmicas que se atoraron con el tripié de la lámpara junto al sofá Ohm llegó junto a la puerta, detrás de ella se encontraba su amo aún dormido sobre su cama y con los seguros bien puestos, capaces de impedir el acceso de hasta la más mínima e inofensiva corriente de aire frío, el perro rasgó la puerta en repetidas ocasiones, losrasgueos estaban acompañados de aullidos y movimientos circulares de cola, se le notaba alegre, con bastantes ánimos de comenzar un nuevo día. Pero por más que rasgó la puerta, su amo no dio señales de vida. De pronto, Ohm giró su cabeza bruscamente hacia la ventana, sin duda alguna sus ojos percibieron el movimiento de algo allá afuera, además de la fría nieve que caía. No sabía que era....