Cuento: honorado padre
18 de febrero de 2009
Charla nocturna
* Dime que no es cierto
* ¿De qué hablas?
* Sabes perfectamente de que hablo, algún día tenía que enterarme
* Note entiendo, sé claro
* Llegó la correspondencia. Me pareció raro ver un sobre del Laboratorio Médico.
* Ah… Es que un día me bajó la presión y…
* Lo abrí
* Yo… iba a decírtelo, pero notenía certeza. ¿Qué dice?
* Andrea me dijo de tu plan de huir en caso de que…Yo no dejaré que pases por esto tú sola.
Ruinas
Por fuera parecía una vieja choza, una cabañita perdida en laciudad y gastada por el tiempo. Era un cuarto pequeño y sucio. La luz apenas lograba filtrarse por una rendija en lo alto de la puerta y, desde la entrada, se percibía un hedor a humedad. La decoración erahumilde, con apenas dos sillas y una mesita de madera. Cuatro pasos después el visitante se topaba con un camita destartalada, cubierta por unas sábanas amarillas y un sarape de rayas.
Sofía
Sunombre era Sofía. Medía apenas un metro sesenta centímetros, pero a lo largo se le dibujaba una bonita silueta: muy esbelta, piernas largas y cintura pequeña. Su piel apiñonada aderezaba el marrón desus ojos, unos ojos tan grandes que parecían dos pececillos con vida propia. Cuando saltaba de un lado a otro su ondulada cabellera de oro se mecía junto con ella y se precipitaba en contra de susmejillas, de sus rosados labios, tan bien delineados que se asemejaban a un pequeño diamante perfectamente pulido.
Mendoza Sánchez Martha Elena
18 de febrero de 2009
Honorado padre
Eran las cuatrode la mañana y Cuauhtémoc ya estaba listo para salir de su casa e ir la Ciudad, pues en ese tiempo la siembra es inútil, porque a la lluvia no se le ve por Temascaltepec durante un buen rato.
Se pusosu indumentaria prehispánica, le dio un beso a su pequeño hijo y partió. Para llegar al centro de la ciudad tenía que caminar un largo tramo, y después abordar infinidad de camiones, los cuales no...
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