Cuento inventado

ENTRE PAREDES


Ahí estaba yo… en la misma rutina de siempre, una pelota de ping-pong para relajarme, pero relajarme -¿de qué?- no lo sé, solo jugaba. Mi mente arruinada desde aquella vez, recuerdo era un día como tantos, la vecina bañaba a sus perros, el vecino seguía escribiendo cartas a su primer amor de secundaria, Charly el hijo de la vecina paseaba en su patineta siempre tan concentradoy tal vez lindo. Yo observaba a todo mundo, la típica distraída, bipolar y aburrida que nadie entendía.
Salía de mi casa, sólo caminaba y pensaba en aquel sueño extraño que había tenido una noche antes. En mi sueño caminaba en un cuarto oscuro, sin fin alguno, escuchaba voces preguntándose -¿Dónde estoy?- era muy raro, se podía sentir la soledad, el frío de aquel cuarto y en mí unas ganasinmensas de salir de ahí.
En mi caminata, conocí lugares y personas que jamás había visto, pero en general sólo una me llamo la atención. Era un cuarto en lo más mínimo sencillo pero su fachada tan triste en cada centímetro cuadrado y parecía abandonada. En ese momento sentí pena por el dueño hasta que me di cuenta que era la menos indicada para decir eso. Caminé hacia el jardín de la casa porque unolor parecido a sangre fresca me atraía hacia ella y observe unos minutos buscando de dónde provenía.
Justamente cuando decidí salir de ahí, escuche una voz, a mis espaladas sentí la presencia de alguien y escuche una voz fría y ronca
-¿Es linda verdad?-murmuró-
En ese momento me sentí como una niña chiflada que andaba husmeando por ahí, de la vergüenza no hallaba si huir o contestar
-Un pocoanticuada –dije agachando la mirada- bueno, para mi gusto.
A los pocos segundos de haber dicho eso me arrepentí; soy tan tonta para hablar.
-No necesito una casa actual para sobrevivir.
-Bueno, un poco sola quise decir –aún le daba la espalda-
-No necesito personas, bueno tal vez sí.
- ¿Vive con alguien? –me entusiasme-
- No, después lo entenderás –dijo- un día de estos ven a visitarme, cadadía conoces a alguien nuevo.
En un momento me sentí triste por él pero a la vez sentí miedo, fueron emociones encontradas que me hicieron correr por la banqueta, no mire su cara pero la curiosidad me mataba. Deseaba conocer a esa persona pero tenía miedo volver, tal vez si invitaba a Charly que aunque era muy lejano a mí, siempre tenía tiempo libre después de ir a patinar (no es que lo miraba acada minuto del día), así que me decidí a invitarlo. L a curiosidad por volver a esa casa era tan grande que me sentí con plena libertad de hacer lo que sea para volver. Cuando volví a mi casa, Charly estaba en su jardín, en una banca vieja de madera que el amaba tanto, tenía unas cuantas hojas y un lápiz -¡No sabía que dibujaba!- eso lo hacía aún más lindo pero estaba divagando mientras me dirigía aél
-Hola Charly, ¿tienes tiempo para mí? –un poco directa y nerviosa-
- Sí claro, que necesitas –hacía a un lado sus dibujos-
-¿Tendrías tiempo para acompañarme con un amigo? –dije indecisa-
-Claro, vamos –dijo entusiasmado- quiero conocerte más.
Un silencio tremendo invadió nuestra platica, yo sonreía como tonta sin saber que decir mientras que el dejaba sus dibujos bajo la banca.Caminábamos, cuando llegamos a la casa, toque el timbre con ansias y curiosidad por ver aquel rostro. Alguien abrió la puerta y nos recibió él, era un hombre alto, delgado, sus huesos abultados resaltaban en su piel, su cara alargada con unas ojeras demasiado grandes, le calculaba entre 50 y 55 años, pero lo que más me había llamado la atención eran sus ojos, cuando sentí que me miraba, mis miedos másprofundos salieron a la luz alocando mis sentidos. Sentía mi cuerpo paralizado y sólo veía oscuridad y escuchaba voces dándome órdenes y al fondo de aquel lugar oscuro escuchaba como un eco la voz de Charly
-¡Tiene cuadros! –entraba a la casa corriendo, pero no lo miraba sólo lo escuchaba a lo lejos-
-Sabía que vendrías –me dijo- ahora entenderás porque amo a esta casa, mucho gusto me llamo...