Cuento Latinoamericano
Ernesto RESÉNDIZ OIKIÓN
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- A ver, toma éste más grande, póntelo en la oreja.
-Sí.
-¿Oyes algo?- preguntó el niño con emoción.
-Sí, un ruidito.
-¿Cuál ruidito?
-La voz del caracol.
-¿Qué dice, Celia?
-Le canta al mar…
El hombre recordaba aquella conversación con su hermana, como si hubiese sido ayer. Fidel nunca supo qué fue lo que le dijoel caracol, pero debió haber sido algo realmente hermoso. Celia siempre fue una chica muy hermosa con unos ojos de obsidiana. Ella con sus ojos negros, se dedicaba a observar todo y un buen día también volteó a ver la miseria en una mirada que decía más que el canto del caracol a la mar embravecida. Celia era rebelde, de causa y de corazón; pronto chocó con la ideología de sus padres conservadores,que habían terminado por tener seco el corazón. La muchacha se fue de casa antes de cumplir dieciocho años, ella tomó con rumbo al sur.
Los años pasaron y Fidel decidió dedicar su labor a la Iglesia. Al joven se le comenzaron a abrir sus ojos y decidió que su vocación serían las misiones. Un buen día, al Seminario donde trabajaba Fidel llegó una convocatoria para apoyar una misión en los Altosde Chiapas. Fidel no lo dudó un instante y así comenzó su aventura…
- ¡Despierta, cabrón, es hora de que te tragues esta mierda!
Fidel despertó de sus pensamientos, era hora de comer aquella porquería que le aventaban todos los días. Abrió los ojos y pudo ver que por la ventana entró una paloma con una ramita. El ave estaba construyendo su casita en la cárcel, igual que Fidel tenía su encierroahí. La prisión, tristemente, era ahora su jaula, pero su corazón vivía lejos, en ese paraíso llamado Chiapas, y que los españoles junto con su doctrina religiosa fueron moldeando hasta convertirlo en un infierno para sus pobladores, hermanos indígenas. La paloma salió por la ventana y extendió sus alas, Fidel comenzó a volar de regreso al edén.
A esa tierra de contrastes él llegó a trabajar con lailusión de acabar con la injusticia, sabía que Dios no lo abandonaría en su misión por lo que se sentía lleno de energía. La primera encomienda de Fidel fue ir a curar a varios heridos en la comunidad zapatista de La Garrucha. Cuando llegó la comitiva aquello era un lugar asqueroso en donde el olor a muerte se había impregnado al sabor de la selva. Fidel se acercó al cuerpecito de una niña y lecogió del brazo para tomarle el pulso, pero ya era demasiado tarde, la pequeña había fallecido. Aquello era una carnicería. Se acercó al cuerpo de un zapatista, le tomó el brazo sin esperanzas. En ese momento sintió cómo algo misterioso lo atravesaba por todo su cuerpo, y como si fuese un milagro regresó el pulso de aquel hombre que ocultaba su cara con un pasamontañas negro.
-¡Está vivo!, vengan aayudarme.
Aquel hombre zapatista fue el único que se salvó. Fidel seguía buscando algún sobreviviente y, de pronto, sintió el brutal golpe de todo el mar en su pecho. Enfrente de él estaba una mujer que tapaba su rostro con un paliacate rojo, aquella joven tenía sus ojos de obsidiana. Fidel le quitó lentamente el paliacate de su cara y después estalló en un grito salvaje:
-¡NO!, Dios, ¡no!,¿por qué, por qué mi hermana?
Fidel se tumbó sobre el cuerpo inerte de ella, estaba destrozado; Celia había muerto en la interminable lucha por la dignidad y el respeto de los que también eran hijos de Dios. Después de algún tiempo la herida cerró, pero la cicatriz siguió ahí para siempre.
Cuando Fidel despertó, notó que la paloma le tomaba de su cabello con el pico, el hombre acarició al ave. Alrecordar la muerte de su hermana pensó que Dios era muy injusto.
-Vuela, palomita, sube al cielo y exígele al Señor y al mundo entero la justicia en Chiapas.
Y el ave comenzó su vuelo perdiéndose en el horizonte…
Fidel fue asignado para trabajar en la comunidad zapatista de Chenalhó, Acteal. Ahí se vivía en la miseria más grande y con la fe más grande. Niños, mujeres y hombres trabajaban sin...
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