Cuento "Linaje"

Linaje

Un conde solo y atormentado, se lamentaba y lloraba en su desván bajo la tenue luz de las velas de un viejo candelabro de plata, colocado sobre el ataúd de su amada Leonora; esta bella mujer, de silueta maravillosa, con un hermoso cabello que parecía cascada al descender por su esbelta y delgada espalda, con ojos azules como dos zafiros y que parecía una esfinge hecha por lasmanos del mejor escultor. Esa era Leonora, la mujer que enorgullecía al conde, no sólo por su belleza física sino también por su belleza interior.

En medio de las profundas reflexiones del conde, algo lo distrajo…

“-¿De dónde viene tan incómodo e insistente ruido?-“se dijo el conde.

“-¡Raúl!-, dijo suspirando profundamente- , pero nadie respondió.-Respeta mi dolor y desdicha por no tener a mi lado a mi amada Leonora -“, pero nadie respondió.

En ese momento el conde se volteó hacia la puerta y abriéndola de par en par, gritó:” -Sal de ahí Raúl para darte un escarmiento, ¿cómo es posible que no respetes el sufrimiento ajeno?, sal de ahí ahora mismo”-

Pero nadie salió.

Ya traspasado el umbral de la puerta,solo en la oscuridad del amplio pasillo del palacio, se percató que había dejado el cuerpo de su amada en el desván. En ese preciso instante, se volvió a escuchar el inquietante ruido que lo tenía tan nervioso y alterado, pero esta vez provenía desde el interior de la habitación de la que acababa de salir._ ¿cómo es esto posible? ¿Será acaso Leonora?, pero si ella está muerta, no es posible.”Entró tímidamente al desván, con la mirada perdida en la oscuridad, se acercó al ataúd de su amada, sin imaginarse lo que iba a encontrar. Asomó la cabeza y vio el hermoso rostro de Leonora que yacía plácidamente dormida en un sueño eterno.


En ese instante cayó un rayo en las afueras del palacio, el cual inundó de una fuerte y enceguecedora luz el desván, dejando sinnoción al conde de lo que ocurría .Un fuerte viento abrió las ventanas y apagó las velas. El conde aferrado al ataúd de Leonora trataba desesperadamente de encontrar los cerillos que estaban en su bolsillo. Luego de unos segundos logró encender las velas y escuchó un aleteo sobre su cabeza. Alzó la vista, pero no logró divisar nada en la penumbra. Se apresuró a cerrar las ventanas, llevando uncandelabro en la mano izquierda. Cuando se acercaba a la ventana volvió a escuchar aquel ruido.

“-Sal de ahí-“gritó, “-¿Quién eres?, asómate y veré si te perdono la vida”.

Ante el pavor del conde, se escuchó una voz:”-¿Qué hiciste con Leonora?-”

“-Yo nunca le hice nada a Leonora, además de amarla como a nadie en el mundo-“

“¿Nisiquiera por su fortuna?, recuerda que tú eres conde sólo porque te casaste con una duquesa y al morir su padre, ella heredó todo, tanto su fortuna como los títulos nobiliarios, y ella al morir te dejaría todo a ti, a menos, claro está que tuviera un hijo…”

- “¿Qué diablos tratas de decirme? “-contestó con pánico el conde.

-“Sabes perfectamente a qué me refiero, no tehagas el estúpido conmigo”-, replicó la misteriosa voz.

- “¿Acaso te refieres a que Leonora estaba embarazada?-continuó el conde.

“No te hagas el sorprendido, tú sabes perfectamente que ella estaba esperando un hijo tuyo, y aún así tomaste la decisión de quitarles la vida a ambos, sólo por tu ambición. No trates de excusarte con pretextos absurdos, que ya no tienensentido.- La voz sonaba iracunda y a la vez abatida.

-“Ahora tratas de decirme que asesiné a mi esposa y a mi hijo. Jamás le he tocado un pelo a nadie y menos a mi familia.”- contestó el conde.
“Si nunca has lastimado a nadie, ¿me podrías explicar entonces a quién amenazaste afuera del desván cuando abriste la puerta?” dijo la voz con convencimiento.

-“¡Eso a ti no...