Cuento los novios

Páginas: 29 (7185 palabras) Publicado: 1 de septiembre de 2014
Mario Benedetti
(1920— )


LOS NOVIOS
(Montevideanos, 1959)

1.
      Al principio yo la saludaba desde mi vereda y ella me respondía con un ademán nervioso e instantáneo. Después se iba a los saltos, golpeando las paredes con los nudillos, y, al llegar a la esquina, desaparecía sin mirar hacia atrás. Desde el comienzo me gustaron su cara larga, su desdeñosa agilidad, su impresionantesaco azul que más bien parecía de muchacho. María Julia tenía más pecas en la mejilla izquierda que en la derecha. Siempre estaba en movimiento y parecía encarnizada en divertirse. También tenía trenzas, unas trenzas color paja de escoba que le gustaba usar caídas hacia el frente.
      Pero, ¿cuándo fue eso? El viejo ya había puesto la mercería y mamá hacía marchar el fonógrafo para copiar laletra de Melenita de Oro, mientras yo enfriaba mi trasero sobre alguno de los cinco escalones de mármol que daban al fondo; Antonia Pereyra, la maestra particular de los lunes, miércoles y viernes, trazaba una insultante raya roja sobre mi inocente quebrado violeta, y a veces rezongaba: “¡Ay, jesús, doce años y no sabe lo que es un común denominador!” Doce años. De modo que era en 1924.      Vivíamos en la calle principal. Pero toda avenida 18 de julio en un pueblo de ochenta manzanas, es bien poca cosa. A la hora de la siesta yo era el único que no dormía. Si miraba a través de la celosía, transcurría a veces un bochornoso cuarto de hora sin que ningún ser viviente pasase por la calle. Ni siquiera el perro del señor Comisario, que, según decía y repetía la negra Eusebia, era mucho menos perroque el señor Comisario.
      Por lo general, yo no perdía tiempo en esa inercia contemplativa; después del almuerzo me iba al altillo y, en lugar de estudiar el común denominador, leía como un poseído a julio Verne. Leía sentado en el suelo, incómodamente tirado hacia adelante, con la prevista consecuencia de unos alegres calambres en las pantorrillas o una opresión muscular en el estómago.Bueno, qué importaba. Después de todo, era un placer cerrar la puerta que me comunicaba con el mundo y con mamá, no porque yo fuera un solitario vocacional, ni siquiera por vergüenza o resentimiento. Tan sólo era un disfrute disponer de dos horas para mí mismo, construirme una intimidad entre esas paredes rugosamente blancas, y acomodarme en la franja de sol, cuidando, claro, de que Vernepermaneciera en la sombra.
      La dulce modorra, el compacto silencio de esas tardes, estaban aliviados por voces lejanísimas, gritos que eran casi susurros, ruidos indescifrables, y también unas bocinas tan gangosas como después no he vuelto a escuchar. Frente a mí el cielo estaba quieto, sin una nube, como otra pared. A veces esa monotonía celeste me ponía los párpados pesados y mi cabeza acababa porinclinarse hacia un costado, por lo menos hasta que encontraba la pared y el polvo de cal me llenaba la oreja.
      No guardo una excesiva nostalgia de mi infancia. Conservo en cambio un melancólico recuerdo de ese altillo vacío, sin muebles ni estanterías, con sus toscas paredes, su cielo incandescente y sus baldosas de un desvaído color remolacha.
      La soledad es un precario sucedáneo dela amistad. Yo no tenía amigos. Los mellizos de Aramburu, el hijo del boticario Vieytes, el Tito Ugomarsino, los primos Alberto y Washington Cardona, venían a menudo a casa, ya que sus madres y la mía mantenían una antigua relación llena de hábitos comunes, de chismes cruzados, de comuniones compartidas. Así como hoy se habla de profesionales de la misma promoción, en 1924 las mujeres de unacapital departamental se sentían amigas a partir de su encuentro en un solo nivel histórico: el de la primera comunión. Confesar, por ejemplo: “Con Elvim y con Teresa tomamos juntas la primera comunión”, significaba, lisa y llanamente, que a las tres las unía un vínculo casi indestructible, y si alguna vez, por un imprevisto azar que podía tomar la forma de un viaje repentino o una pasión...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Resumen De “Cuento Para Novios”
  • Novios
  • novia
  • Los Novios
  • novias
  • El novia
  • Novias
  • el novio

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS