Cuento mictlantecuhtli y yaótl

Mictlantecuhtli y Yaótl

El campamento
Era mi primer día de trabajo y estaba ansiosa por conocer la comunidad en la que pasaría toda la semana, pues estaba algo lejos de casa como para poder viajar diariamente.

El lugar era precioso, como sacado de una postal. Desde la carretera se apreciaba una laguna y a la orilla un grupo de casas blancas con tejados marrones. Al fondo las enmarcaba ungrupo de cerros verdes; uno de ellos llamaba en especial la atención porque se erigía como un centinela orgulloso. Más adelante me dijeron que a ese cerro se le conocía como “el cerro de los metates”.

Al presentarme con la directora de la escuela y después de conocer los pormenores sobre mis tareas académicas, me comentó que los maestros vivían en casas que les eran asignadas por la direccióndel plantel y que generalmente los recién llegados pasaban una buena temporada viviendo temporalmente con alguna familia o grupo de maestros mientras se desocupaba un lugar en alguna casa para docentes. Pero que por esta ocasión había tenido la suerte de que se desocupara no solo un lugar, sino que unas maestras habían decidido mudarse con otras compañeras y desocupar toda la vivienda; por lo queme presentaría con las otras dos maestras que también eran nuevas en el personal y que serían mis compañeras de casa.

Malú y July (que eran mis nuevas compañeras de habitación) eran dos chicas de mi edad que también estaban iniciando su desempeño como maestras, a mi me parecieron muy entusiastas y amigables por lo que enseguida nos sentimos contentas de haber quedado juntas, una vez que sehicieron las presentaciones por parte de la Directora, nos entregó nuestra llave y la ubicación de la casa.

No fue difícil dar con la dirección, pues el lugar era muy pequeño y la gente muy amable. Cupatitzio #12. ¡Esta es! Dijimos casi al unísono muy emocionadas.
Lo primero que advertimos es que no era propiamente una casa como la habíamos imaginado, o como las que se veían desde la carretera. Dehecho era un remolque enorme, o como le decían allá: una “casa móvil”.
Este tipo de viviendas fueron las que utilizaron los primeros pobladores de ese lugar, de ahí que se le denominó “Campamento”.
La casa tenía la forma parecida a la de un contenedor grande de trailer, de esos que dicen Hapag Löyd o cosas así, pero con el doble de tamaño, además tenía ventanas y dos puertas a los extremos.
Enel lugar que ocuparían normalmente las llantas estaban dos plataformas de concreto y para llegar a las puertas tenías que subir unas escalerillas de madera con un barandal por demás coqueto, pues tenía una enredadera con flores diminutas que lo hacían ver como imagen de cuento.
Ésta como las demás casas de esa calle eran las últimas del campamento, de modo que colindaban con una gran superficiede terreno en la que solo había hierba muy crecida y algunos arbustos salpicados por aquí y por allá que rompían con la monotonía del terreno plano.

Una vez que entramos nos quedamos boquiabiertas: El cajón simple que se veía por fuera, por dentro estaba acondicionado como una pequeña residencia de lujo: tenía tres recámaras, dos de ellas con su propio baño en el que relucía una enorme tina.Casi todo el piso estaba alfombrado y en la cocina estaba una pequeña barra que dividía a la sala del comedor. No podías creer todo lo que podía caber en tan poco espacio y además verse encantador. Además tenía clima integral con un termostato que aseguraba que el interior siempre estuviera a una temperatura más que agradable, aunque estuviésemos fuera por horas.

Lo primero que nos preguntamosfue ¿por qué se habrán ido de aquí las maestras para amontonarse con otras dos? ¡Esto está precioso!
Lo siguiente que notamos es que las anteriores inquilinas habían dejado bastantes cosas en desorden: algunos libros y revistas, un florero, algunos cuadros y hasta una fotografía de una de ellas con un grupo de amigos en la que se les veía muy sonrientes. También nos dimos cuenta que faltaban los...