Cuento Moderno
Dos desconocidos, un cruce de miradas, un intercambio de sonrisas, unos gestos de aburrimiento compartido, una historia más…
¿Una historia más?
Le conocí cuando más deseabano hacerlo y aun así, lo encontré. Lo hallé allí, a menos de cinco metros y totalmente ajeno, pero tan aterido de frío como yo… Como todos los que habíamos sacrificado un día de nuestra vida en unatarea tan malagradecida como aquella.
Sin embargo la enorme luz de sus ojos era innegable y no tardé en buscarla, en disfrutarla, en embeberme en ella. Y ahí me encontraba con tanta gente alrededor,extraña, desnuda ante su mirar.
Hoy, ante el ordenador, no dejo de preguntarme por qué comenzó a aparecer en mis sueños, cómo empezó a morar en mis pensamientos y, sobre todo, por qué no quiero cortarde raíz estas sensaciones ya peligrosamente conocidas.
Supongo que todos necesitamos sentirnos vivos, creer que tenemos todavía el derecho a ilusionarnos e imaginar un futuro donde estar solo sea unaopción, no un irremediable final.
¿Le quiero?
No. Al menos, no de momento. No puedo amar a un extraño que se limita a acelerarme el pulso con su naturalidad descarada y su gracia, con sus rasgoshermosos y su coquetería, con la deliciosa cadencia de su voz… No…No… ¿No?
Deseo conocerle y deseo olvidarle, deseo abrazarle y apartarle de mí, deseo sus manos, deseo su ausencia, deseo sus labios y suadiós.
Deseo quemar este papel, desintegrar la duda del sentimiento y dejarla volar en la brisa nocturna de la ciudad… Y luego, correr tras de él y con las cenizas mancharme la cara y sentir lacaricia de lo que nunca podrá ser y que, no obstante, anhelo. Y al viento únicamente le dejaría las preguntas, las que no quiero formular, las que tienen respuestas sangrantes, las que pueden darme lafelicidad,…
De acuerdo, ninguna pregunta.
Vale… ¿Y un quizá?
Adelante.
Quizás tendría que preguntarme si esto es real, si no es un artificio de un alma moribunda que desea brillar una vez más, de...
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