Cuento sobre la Dictadura del '76
Trillando el país
“Qué amanecer tan espectacular” pensó Rumaldo. Sus plantas de trigo brillaban bajo el sol, que salía por el horizonte. Después de tantos días de lluvia, al fin se habíadespejado. Feliz, levantó los brazos y gritó con emoción.
Comenzó la mañana desayunando afuera en su mesita de madera con su esposa. Luego ella partió a su trabajo en el pueblo y él se quedó a cargo delas cosechas. ¡Y qué lindo día para eso! Luego de alimentar a los chanchos, se dirigió hacia los cultivos y comenzó a trabajar. Recién tipo 3 de la tarde terminó de trillar todo. Así, sudado ycansado, pero satisfecho, sonrió y se dispuso a cocinarse el almuerzo. Sí, era un buen día.
Rumaldo se tiró una siesta, y despertó alrededor de las 6. Su esposa lo debería haber despertado al habervuelto del trabajo pero aún no había llegado, lo que le pareció raro. Salió a la puerta. Se estaba volviendo de noche, pero aún así vio un Falcon verde estacionado en la entrada. Se quedó mirándolo, y,después de unos segundos, el Falcon verde arrancó y se fue por la carretera. ¿Qué había pasado? ¿Quién manejaba ese auto, y por qué había frenado sólo para observarlo unos instantes? No pudo ver quienera a través del vidrio cuasi polarizado. Intrigado, se dirigió al pueblo con su bicicleta, tan rápido como pudo.
Cuando llegó, Rumaldo no podía creerle a sus ojos. El pueblo estaba deshabitado. Enlas calles donde solía caminar la gente, correr los niños y vender los artesanos, no había más que polvo. Las casas parecían aún más viejas de lo que en realidad eran, y se caían a pedazos. Ni uncaballo, ni humano, ni perro, rondaba por la zona. ¿Qué había pasado? ¿Era posible que, en un día, se hubieran desvanecido todos? ¿Dónde estaba María Rosa, su esposa? Luego de buscar por como dos horasalguna señal de ella, o de cualquiera en su defecto, desistió y se alejó de las casas. Decidió sentarse a descansar sobre las vías del tren, pero éstas habían, a su vez, desaparecido. Sin vías, sin...
Regístrate para leer el documento completo.