Cuento sobre la Trata de Personas

Apenas podía respirar, su cuerpo languidecía sin detenerse, el corazón apenas palpitaba, Tuan yacía en la cama número 16 del Asilo para refugiados y veteranos de guerra de Israel. A sus 74 años el cabello blanco predominaba en su cabeza, sus rasgos eran toscos , semejantes a los de un oso, pero en un sus ojos vidriosos se reflejaba bondad, y un pasado estrepitosamente doloroso.
Dedicaba susúltimos minutos de vida a recordar su hogar, hogar que fue arrebatado en el 56” aquellos tiempos en que las tropas Norteamericanas azolaron su Aldea en Irak. En el Asilo, en el patio frontal se encontraba una placa que rezaba: En memoria de las víctimas de la Segunda Guerra de Indochina. Una placa que era continua recordatorio de que el hombre puede ser capaz de gran bondad, pero también de grancrueldad.
Recordaba su aldea… Tan tranquila, las casas hechas de palmas secas salpicaban el horizonte, verde hasta donde alcanzaba la vista. Su madre había sido campesina, su padre había muerto cuando el tenía 5 años a causa de una enfermedad que, de haber tenido el dinero para las medicinas se habría curado.
Había crecido envuelto en la pobreza, desde su nacimiento hasta su adolescencia jamás tuvolujos, cuna, juguetes… eran cosas que el no conocía. Era el 3ro de 4 hijos, apenas tenían para alimentarse, arroz nunca faltaba pues era lo que sus padres cosechaban. Su infancia no era ni digna de mencionar, desde siempre estuvo marcada por el trabajo y tras la muerte de su padre las tareas se triplicaron
El recuerdo se vio interrumpido tras un dolor punzante en el pecho, apretó los dientes ymovió un dedo de forma imperceptible, volvió a cerrar los ojos y se sumergió de nuevo en su mente
Aún recordaba con precisión lo que los vecinos contaban… Aunque era grande, el no comprendía nada de tropas, ejércitos, muertos por aquí y por allá, bombas de Napalm y fosforo blanco. En su aldea tan tranquila jamás habían matado a alguien y mucho menos había visto un arma
El tiempo transcurría, losrumores cada vez se acrecentaban, los rumores pasaron a convertirse en advertencias al informarse que las tropas Norteamericanas se encontraban a escasos kilómetros de la aldea.

Apenas iba amaneciendo, el sol penetraba por los pequeños orificios que tenían las paredes de palma y unos trozos de madera podrida. Despertó al sentir el calor del sol en los parpados, abrió los ojos precipitadamente alpercatarse de la presencia de extraños fuera de su casa, estaban en toda la aldea.
Petrificado escuchaba gritos, gritos de auxilio con tonos de voz que le recordaban a sus vecinos. Sudor frio recorrió desde su frente hasta la comisura de sus labios sintiendo el sabor a sal. No sabía si correr, gritar, quedarse quieto… Se levantó estrepitosamente de su catre que rechinó sonando como unrelinchido, al levantarse tiró unos platos que estaban apilados al pie de su catre, todos los sonidos, hasta cuando posó sus pies en el piso de tierra sonaban 3 veces más ruidosos. Con el estruendo su madre despertó, aletargada por las largas jornadas de trabajo y las pocas horas de sueño, sus hermanos se levantaron impetuosamente, al parecer ellos también se habían dado cuenta de lo sucedido, pero no hubotiempo para más.
Desde afuera un soldado golpeó la puerta de madera con la culata de su rifle, pero la puerta no cedió, vociferando maldiciones el soldado dio otro golpe, pero la puerta parecía de hierro , como dando unos últimos instantes a la familia, pero la suerte no duró mucho, otro soldado se unió a la lucha contra la puerta y soltando aullidos la derribaron, dejando en el piso la puertaconvertida en fragmentos. Tuan soltó un chillido y saltó hacia su madre que estaba levantándose del piso donde dormía, su hermano Hen tomó a sus 2 hermanas y las jaló detrás de una vitrina, donde para su desgracia eran completamente visibles .
El soldado entró gritando que salieran del lugar, Tuan se apresuró a la puerta pero el soldado lo detuvo jalándolo por el cuello de su camisa de manta...