Cuento Un Muchacho Encadenado

Un muchacho encadenado

El otro día vi un espectáculo extraño en las afueras de un centro comercial. Sí, era un niño encadenado. Si, un niño esclavo, de carne yhueso, a pesar de que en estos tiempos no deberían existir esclavos. El niño era bastante pequeño, lo que me hizo pensar que era muy joven. Me fijé en él por el hecho de que estaba fumando un cigarrillocon la actitud de un adulto, por lo que le hablé.
-¿Cómo es posible que a tu edad estés fumando? -le pregunté bondadosamente.
-No puedo evitarlo, señor –replicó, con una franqueza que me asombró.-¿No puedes evitarlo? –repetí -. ¡Qué extraño! ¿Cuántos años tienes?
-Acabo de cumplir catorce.
-¡Sólo catorce años! –exclamé-. Entonces, ¿por cuánto tiempo has estado fumando?
-Hace ya tresaños.
-¡Tres años –exclamé, asombrado-. ¿Por qué comenzaste a fumar tan pequeño?
-Todos los niños de mi curso en la escuela fuman. Y la mayor parte de los alumnos del séptimo grado también, por esocomencé.
-¿Y del sexto grado?
-Sí señor, algunos del sexto. Lo sé porque los he visto.
-Y me imagino que ahora no lo puedes dejar –le dije.
-Es cierto. No puedo dejarlo. He procuradohacerlo, pero no es posible.
-Entonces eres un esclavo –le dije-. Te estás envenenando a ti mismo. Nunca lograrías destacarte en los deportes o en tus estudios si sigues así.-Lo sé –dijo-. Se le acorta a uno la respiración. Ya no se puede correr tan rápido. Lo he visto en mi mismo, cuando me pongo a jugar en los recreo.
-Entonces deja ya ese vicio y se libre –le dije-.Toma ahora mismo la decisión.
-Creo que sí lo haré, quiero ser un niño normal y disfrutar mi juventud sin echarla a perder. No porque otros lo hagan yo también lo haré, porque ellos no deciden por mi–dijo con mucha seguridad.
-Me alegra saber que te he ayudado. Espero lo hagas –le dije mientras me despedía-.
Desde ese momento le pido a Dios para que lo ayude a liberarse de esas cadenas y...