Cuento Vario

Una eternidad en el principio
Eran ya las 4 de la tarde, los trenes viajaban como de costumbre, los barcos llegaban, los marinos bajaban al puerto cantando las mismas alegres canciones que se cantan en altamar, en el puerto estaba todavía lo que quedaba del mercado de las mañanas, todo era como de costumbre; estaba nublado y llovía, en el cielo no había ni un solo rayo de sol, las personascaminaban con el gorro de la chamarra puesta, nadie hablaba con nadie, las únicas personas felices o que al menos parecían estarlo eran los marineros. Para entonces yo ya había bajado del barco, bajé lentamente pues estaba un poco mareado por el viaje, las aguas turbulentas debido a la tormenta que había entrado en el mar me habían afectado mucho, recuerdo que vomité varias veces en el barco y luego medesmayé. Me desperté hace poco, unos minutos de la llegada. Todos mis compañeros bajaron cantando; yo sólo podía caminar y a muy apenas alzar la voz para despedirme. Este mareo me había destrozado el ánimo, ese animo de volver a tocar tierra después de casi un mes o quizá mas sin tan siquiera ver tierra. Ya iba caminando por los muelles sin darme cuenta de la ciudad que me rodeaba, caminé ycaminé, respiré el fresco aire del río, sentí el cálido frío invernal y volteé a ver el cielo. En el cielo no encontré la respuesta a mi inexistente pregunta, por lo que seguí caminando, llegué al final del muelle y subí las escaleras que me llevarían a la calle. Subí y me quedé perplejo ante el lugar en el que estábamos; había olvidado completamente en que puerto íbamos a anclar, había olvidadocompletamente que estaba en casa.

Al notar que me encontraba en casa, se esbozó una gran sonrisa en mi rostro; en ese momento recordé que llevaba 2 meses en el mar y que no había visto tierra en 1. Y ahora volví a mi ciudad, a mi casa, a mis raíces. Algo surgió en mi mente en ese momento que me dijo que la vida del mar ya no era para mi, así que regresé rápidamente a mi camarote en el barco, entré ytomé todas mis cosas. El capitán me vio y me sonrió, como si ya supiera lo que yo estaba a punto de hacer, caminé por última vez por el barco y descendí una vez más, caminé por todo el muelle, disfrutando del aroma a casa, volví a subir las mismas escaleras y me encaminé a la siguiente estación de autobús. Por las calles caminaba yo con todas mis cosas, las personas me veían disimuladamente yestoy seguro que se preguntaban qué era lo que yo llevaba entre todas las cosas que cargaba. Llegué a una de las estaciones que están cerca del muelle y tomé rápidamente el primer autobús que llegó; con éste llegué a mi apartamento, tomé mi llave, abrí la puerta y subí hasta el tercer piso; la subida fue dura, pues traía entre mis brazos a lo mejor unos 30 kilos y ya los había arrastrado por unabuena parte de la ciudad. Dejé todo en mi cama y abrí las ventanas, salí al balcón y recordé donde estaba, sentí la brisa y el frío y en ese momento sentí como todo me decía lo mismo, las mismas palabras, en toda la ciudad se escuchaba: “Tantoyuca”. Tantoyuca era mi principio y ahora yo ya sabía que Hamburgo iba a ser mi fin. Bajé las escaleras para hacer un recorrido por la ciudad, un recorrido queyo en ese tiempo no creí que duraría hasta el día de hoy. Bajé a las calles y empecé la larga caminata que marcaría mi vida para siempre. Bajé y tomé el tren que me llevaría al lugar en el cual, según me fue dicho, empieza toda vida en Tantoyuca. Debido a mi corta edad, nunca había visitado ese lugar, pues este lugar, siendo el corazón de la ciudad, es un lugar que sólo es reconocido como taldespués de cierta edad. Yo salí a la mar cuando tenía 16, regresando varias veces a mi ciudad, pero en el mar estuve 4 años. Hoy tengo 20 y regresó de una ardua vida en las duras aguas del mar. Tomé el autobús y esperé las paradas, conté 5 paradas hasta mi destino. Bajé y en el letrero leí “Arista”, la calle del pecado, la calle de la lujuria…el corazón de la ciudad. Subí las escaleras hasta el nivel...