cuento venezuela

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Hace muchos años, en esta misma tierra venezolana, tropical y colorida, nació un pequeño chamito, llamado Andrés, a quien apodaron con mucho amapuches Andresito, comenzó a crecer en un pequeño ranchito coloquialmente, muy humilde, fue construida por su padre con el sudor de su frente y con mucho amor, pintada de verde como las hojas de los arboles que adornanlos alrededores de la casita; está hecha de cemento, con un tejado de chapa rojizo, en ella conviven su cariñosa y con mucho guáramo la abuela Jacinta, la amorosa madre y ama de casa Amada y su padre un gran constructor Wilmer, apodado por la urbanización como Sr.Tumbao, por sus peculiares pasos de baile y zapateo al escuchar el joropo que disfruta de esta música como buen venezolano. Cada año vaacompañado por su familia y toda la comunidad a la acostumbrada celebración del 3 de mayo de la Cruz de mayo a la orilla del mar en la playa del malecón en Choronì ubicado en el estado Aragua; a impresionar a todos los turistas con sus pintorescos pasos de bailes al son de los tambores. El pequeño niño comienza a crecer con sueños y metas una de ellas es viajar y conocer por toda Venezuela,aprender de sus culturas, comida típica, su gente y muchas más aventuras. Cada noche se sienta en una pequeña Hamaca tejida con muchos colores que cuelga de la paredes pintadas de azul cielo de de la pequeña habitación de su abuela, y junto a ella comienza a escuchar e imaginar las aventuras que ha vivido durante su vida en especial a la edad de su pequeño nieto al cual ella apodo con mucho cariñoBachaco por sus tiernas facciones; piel morena muy parecido al del chocolate con leche, mediana estatura apropiada a su edad (10 años), color de cabello amarillo como el resplandor del sol, de ojos aguarapaos; de color marrones y muy alegres. El pequeño siempre queda muy impresionado por todas aquellas historias y recuerdos que tiene su abuela de su niñez. En una de tantas noches, en especial aquella,luego de la rica cena preparada por la súper mama, el famoso pabellón compuesto por un suave y apetitoso arroz, que alegra el corazón, caraotas negras que despierta hasta el más ¡despabilao!, carne mechada que cocinada con mucho amor enamora hasta el más ¡Agarrao! y las más jugosas y crujientes tajadas, aquel famoso platillo siempre le queda riquísimo a la mamaíta, se fueron rapidísimo acompartir historias ¡Na´Guara! Aquella noche su abuela le contaba sobre los grandes juegos tradicionales que compartía con sus amigos, las divertidas competencias que realizaban con los trompos, aquel trompo que bailaran mejor era el ganador, el yoyo más rápido y las figuras que creaban en el aire, los mejores malabares, volaban papagayos tricolores, elaborados por los mismos niños con papel de seda ypalos medianos de madera y largos pedazos de pabilo, aquellos colores en el cielo reflejaban el característico tricolor de nuestra bandera: amarillo, azul, rojo y las ocho estrellas acompañado con un impresionante escudo que le da mucha vida como símbolo patrio. Todos aquellos recuerdos y momentos llenos de tranquilidad, amor y sobretodo crecían en un ambiente saludable, el cual ha idodesapareciendo.
-Abue, pero ¿no crees que esos juegos son aburridos? A mí me gusta jugar videojuegos son más finos. -Pregunto Andrés muy inquieto e imaginaba el trabajo de crear sus propios juguetes, escuchaba la idea bastante aburrida.
-Bachaquito testarudo, pero ese perol que tienes por juguete no sirve, lo único que haces es menear esos dedos como si te picara una hormiga y moverte de un lado a otro conpiquiña ¡mijo!- Exclamo su abuela ofendida y a la vez divertida, para ella los juegos tradicionales son muy importantes.
-Pero Abue, a mi me gustan, tengo que encontrar a la princesa, comer hongos y crecer como un gigante, saltar como un rayo veloz, recoger monedas y que las plantas no me atrapen, es ¡Finísimo Abue!- Aclaro Andrés emocionado.
-Pero mi niño, tú tienes que jugar con los niños de...