Cuento
Ray Bradbury
(1920 - ....)
Mañana sería Navidad, y aún mientras viajaban los tres hacia el campo de cohetes, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo por el espaciodel niño, su primer viaje en cohete, y deseaban que todo estuviese bien. Cuando en el despacho de la aduana los obligaron a dejar el regalo, que excedía el peso límite en no más de unos pocos kilos, yel arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban la fiesta y el cariño.
El niño los esperaba en el cuarto terminal. Los padres fueron allá, murmurando luego de la discusióninútil con los oficiales interplanetarios.
-¿Qué haremos?
-Nada, nada. ¿Qué podemos hacer?
-¡Qué reglamentos absurdos!
-¡Y tanto que deseaba el árbol!
La sirena aulló y la gente se precipitó alcohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar, y el niño entre ellos, pálido y silencioso.
-Ya se me ocurrirá algo- dijo el padre.
-¿Qué?...- preguntó el niño.
Y el cohetedespegó y se lanzaron hacia arriba en el espacio oscuro. El cohete se movió y dejó atrás una estela de fuego, y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, subiendo a un lugar donde no habíatiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Durmieron durante el resto del primer "día". Cerca de medianoche, hora terráquea, según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:
-Quiero mirarpor el ojo de buey.
Había un único ojo de buey, una "ventana" bastante amplia, de vidrio
tremendamente grueso, en la cubierta superior.
-Todavía no- dijo el padre. -Te llevaré más tarde.-Quiero ver donde estamos y adonde vamos.
-Quiero que esperes por un motivo- dijo el padre.
El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y otro, pensando en el regalo abandonado, el problemade la fiesta, el árbol perdido y las velas blancas. Al fin, sentandosé, hacía apenas cinco minutos, creyó haber encontrado un plan. Si lograba llevarlo a cabo este viaje sería en verdad feliz y...
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