Cuento

Siempre soñó demasiado, tenía muchas ilusiones, creía en ella y creía en la vida, detrás de
un carácter fuerte, una mirada penetrante y una seguridad invensible había un grancorazón, un corazón que latía demasiado rápido, tanto que la hacía amar lo que ella aún no
conocía pero le ilusionaba y le hacía feliz. Su vida y su corazón vivían protegidos con unamor de hierro que, según ella, nada ni nadie podía romper. Ese fué su gran error, creerlo.
Esa protección tenía fecha de caducidad y aunque era su mayor y único temor, esa fechallegó.
Su fortaleza se vino abajo cuando ese hierro se rompió como un cristal, trató y luchó por
juntar los pedazos de ese ahora cristal, sin poder juntarlos, desgarrandose día a díael
corazón y las ilusiones, dejando lo que conocía como felicidad sepultado en su tristeza.
Desconocida por ella misma vivió un tiempo en ese vació que jamás creyó posible sentir,y
mientras su escencia dormía, miles de demonios interiores despertaban día a día, hora tras
hora y minuto a minuto, perdida, ya no le importaba ni luchar contra ellos, se sentíavulnerable, frágil, enojada, temerosa...derrotada, derrotada por la misma vida que la había
hecho tan feliz, no podía ni mirarse al espejo, esa que se reflejaba era una nueva “ella”que
no quería aceptar.
Rendida, dejó de pensar y evadiendo esa nueva vida se resignó a vivirla sin sentir
demasiado, de cualquier manera no había forma de cambiar nada, no habíaforma de
regresar, no había forma de recuperar el pasado y era momento de dejar de preguntarse:
-¿Qué voy a hacer?-Nada-, esa era la respuesta que ella misma se respondió durantealgún tiempo, hasta que
decidió que no era la respuesta adecuada y la cambió por “todo”, era lo que él hubiera
querido si siguiera vivo. Su gran amor, su vida entera, su padre.