Cuento

Hasta ahora, todo va bien.
El simple hecho de haber escuchado esta frase, cambió por completo mi visión de las cosas. Pero al igual que cuando uno va a ver una película al cine, esta frase nohubiese tenido el impacto que tuvo en mi de no ser por el contexto en el que me encontraba. La abuela Goye me lo advirtió, pero yo no estuve a la altura para entenderla.
Entonces así, creo yo, partiótodo. “Qué sería de mí sin la abuela…” no podía dejar de pensar en eso.

“Mamáaa! ¿Tráeme algo rico cuando llegues?” – Le grité antes de que se fuera. Y sin pensarlo me respondió – “Tengo que ir a vera ¡mi! Mamá también”.
Pero no me cabía en la cabeza que si iba a la casa de mi abuela, el cielo de manjares, no me pudiera traer algo rico. Una vez más sentía esa dependencia por mi abuela, másgrande que por mi propia madre.
Negándome a la posibilidad de no poder disfrutar una de esas delicias hogareñas, decidí adelantarme a mi mamá y esperarla en la casa de mi abuela. Esperandola primera micro no me di ni cuenta cuando había disfrutado por completo el álbum nuevo del Woodnote, que según la ultra amateur crítica de mis amigos, era un saxo absolutamente fuera de ritmo,comentarios que para nada me extrañaban proviniendo de puros amantes de bocinas reggaetoneras.
Cuando ya me bajaba de la primera micro, visualizando en negro esos bronces del Woodnote, volvía a abrir losojos y pasaba justo frente a mí la otra micro que tenía que tomar para llegar al palacio de las delicias. Yo sabía que esa maldita micro no se demoraba menos de una hora en volver a pasar, y yo sabía(más bien me habían dicho) que caminando desde ese paradero me demoraba exactamente una hora y media a la casa de la Goye. Así que no me demoré en decidir que quería, o en realidad que me convenía,caminar acompañado de otra buena obra, creo que mi favorita, compuesta por el Woodnote. Era impresionante el nivel de no-desencantamiento que tenía esa canción....