cuento

D
olorida, sin ganas de soportar ni un rato más este sufrimiento eterno de cual no puedo salir. Hace décadas que aquí me encuentro, plasmada en este cuadro, representando el dolor ante todo.La agonía de la inmensa tortura que muestra esta obra, en el momento en el cual nos encontrábamos con el Rey, el maldito rey que así me pagó los mejores años de su vida que yo le hice pasar, así deeste modo me lo devuelve, mandándome a matar, a mí y a mis compañeras, totalmente fieles a él. En ese momento pensaba que tal vez fue en vano cumplirle todos sus caprichos y complacerlo como le he hechodurante los últimos años, todo eso para que luego me haga pasar el resto de mi vida condenada a este dolor tremendo que recorre todo mi cuerpo y llega hasta mi alma.
No sé qué hice para mereceresto, se nota que en este mundo una mujer bella no puede tener una vida en paz y llena de felicidad, que ya te encuentras sufriendo otra vez.
Entre el Rey, y el culpable de mi mala vida, mi creador, losdos se han encargado de transformar esto en un eterno infierno.
La gente, muy tranquila, observa sin piedad y critica sin saber. No creo que tengan ellos la culpa pero es seguro que no sienten loque siento yo. Sus palabras son duras pero a veces comprensivas, entre ellas escucho que intentan compadecerme, que lo que más se destaca es mi sufrimiento, y que mi muerte, fría y dura, es lo que enverdad quiso representar el pintor.
Ésas, y las miradas de la gente contemplándome, son las cosas que creo, todavía me mantienen viva. Igualmente vale aclarar que estoy relativamente muerta o a puntode morir, eternamente atada a ese sufrimiento y a esta posición en la cual mi cuerpo se muestra desnudo, y con temor ante todo.
Solo espero que Sardanápalo sienta lo mismo, la misma miseria depertenecer a una obra en la que solo hay muerte, y todo gracias a él.
Ya no le encuentro sentido a vivir desde que lo he perdido a él y he perdido hasta mi propia vida, lo más valioso que hay, lo único...