Cuento

Entre cuatro paredes.
Ante los diez pasos del punto del penal, vio detrás del monstruo metálico la inmensa multitud sedienta de gloria. Desde las gradas podía ver al hombre en cuyos hombros recaíael punto culminante del partido cuando, en un segundo, pude percibir la ilusión y el desconcierto de ver aquella masa transfigurarse en monstruo fétido de millones de cabezas que no le dejaba nibrecha, ni tiempo, ni la mínima posibilidad de escapar ante el error. Vio la transformación de aquel hombre que operaba su cuerpo para bloquear su objetivo, en una imagen espectral que lo dejó fuera decombate anulando toda capacidad de control.
La figura blanca se acercó, sosteniendo en su mano la droga capaz de aislar por completo mi organismo, sumiéndome en una fantasía tranquilizadora. Lentamenteme hundió en un sueño durante mucho tiempo. Tanto, que nunca pude recordar lo que sucedió en realidad.
Sentado observaba las paredes blancas que lentamente comenzaron a proyectar el bullicio intensode aquel lugar donde descargué mis desgracias y fracasos.
Necesité alivianar mi frustración en el alcohol y en la breve pérdida de conciencia que en un par de horas iba a llenar mi mente. A punto denaufragar en el delirio alcohólico mis ojos vislumbraron una figura que poco se parecía a los seres que habitan mis pesadillas de pasillos blancos y pasos silenciosos.
Dos horas después conocí elparaíso carnal que encerraba esa mujer. Su nombre Mara; fuerte y pasional. Tuvo la capacidad de hacerme olvidar los males que me atormentaban en todo momento. Extrañé luego su perfume embriagador,escuchaba su voz en los partidos, los entrenamientos e incluso en los descansos. Su recuerdo me abrumaba.
Nuevamente volví a ver como esa belleza sufría una metamorfosis cruel, transformándose en aquelser espectral que me dejaba inconsciente.
El tic-tac perezoso del reloj me llevó al lugar de mi desgracia. Me vi frente a frente contra aquella inmensa bestia donde yo corría tras una esfera que tan...