cuento
Una vez mis amigos Sergio que se sentaba conmigo en clase, Gustavo el más alto de nosotros, Andrés que tenía miedo de todo, el flecha que así le decíamos porque todas las niñas queríancon él y yo Alan
Todas las mañanas nos veíamos más temprano de lo normal para caminar con calma; nos encantaba pasar por un depósito de trolebuses; era maravilloso aunque solo podíamos ver un par deellos
Nos imaginábamos que había muchos escondites para jugar, los troles con las puertas abiertas para subirnos y sentir que manejábamos, el lugar era muy grande y eso lo hacía aún más divertidoTambién nos intrigaba saber que hacia una persona dentro del depósito, pero suponíamos que era el velador o algún tipo de cuidador del lugar
El depósito siempre lo mantenían cerrado tenia muros muygrandes, carteles gigantes de decían: prohibida la entrada y otro más pequeño que decía cuidado con el perro pero no nos asustaba porque nunca lo habíamos visto ni escuchado
Un día mi papá me dijo queahí guardaban los troles porque a veces era más caro arreglarlos que comprar nuevos, porque muchas veces los accidentes que tenían eran demasiado grandes
Y los llevaban al depósito para usarloscomo repuestos de otros que estuvieran en mejor estado
Por la tarde cuando salíamos de la clase que gimnasia, vimos que el cuidador iba cerrando la puerta, y luego camino con dirección a la parada deautobuses, lentamente
Sergio vio la oportunidad, y nos dijo: ¿y si entramos?
E inmediatamente todos dijimos que si
Menos Andrés porque para variar tenía miedo de que algo malo pudiera pasar
Yo viel reloj y aún era temprano y pensé ¡total! ¿Cuánto tiempo podemos tardar en dar una vuelta? Con una hora alcanza y sobra
Gustavo ya estaba en lo alto de la reja esperándonos para ayudarnos a subirCuando todos ya estábamos adentro vimos que era un paraíso, pero nos llamó la atención el trole número 24 de la línea 106 porque todo el frente estaba chocado y había algunas cosas que yo creo que...
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