Cuento
Un cachorro es dirigido hacia una pequeña niña. Linda, curiosa de tan solo unos 4 años de edad, aún muy pequeña para saber lo que le viene en el futuro, sin preocupaciones, sin problemas más serios que tan solo no perder sus juguetes y cuidar a su nuevo pequeño amigo. Abraza a su padre — ¡Gracias papá, te quiero!— grita la pequeña niña de pelo castaño, su padre se limita a cargarla ydarle un beso en la mejilla. —Te llamare Sophie— susurró la pequeña a su cachorro.
Muchas alegrías habrá pasado con su pequeña mascota, corriendo por doquier, disfrutando a su mejor amiga en todos los momentos. Solía pasearla en el parque en compañía de sus padres, estos precian muy conservadores y de buen parecer, claro con una niña tan encantadora como lo era ella no se podría pensar algoopuesto a ello. Sophie era una pequeña perra, no ocupaba mucho espacio en casa, era perfecta para la hija y el cuidado del hogar. No era muy escandalosa ni siquiera lo normal, más bien era pasiva y rara vez daba algún problema.
Los años transcurrían con velocidad, Sophie crecía y crecía aunque su tamaño no lo demostrara. Ahora su dueña la que fuese una pequeña niña de 4 años ya tenía edad suficientepara secundaria. Pareciese que la cuidad no hubiera cambiado mucho, la mayoría de las locaciones seguían intactas en esencia. Solo las personas cambiaban. Samanta, cierto olvide mencionar el nombre de la niña, pues ese era el nombre de esa hermosa niña de ojos grandes y claros. Piel lisa y suave. Ya a sus doce años quizá sabía mucho más que cualquier otro niño de su edad. Era mucho más inteligentey audaz de lo que aparentaba. Aunque estuviese a punto de ir a su primer día de secundaria pareciese no le importaba en lo absoluto, la tranquilidad asomaba por donde fuera que se le viere. Quizá lo único que le preocupaba era llegar a casa y ver a su pequeña amiguita, si, su Sophie. Nunca se habría visto tanto amor por una mascota como el que Samanta sentía por su Sophie.
El primer día deescuela llegó, como le inculcaban sus padres, Samanta se levantó puntual en la mañana para desayunar y arreglar todo lo que debiera. Iba con el cabello suelto, casi hasta los hombros, solo un pequeño listón rosa adornaba su cabellera. No hacía falta más. Por si misma deslumbraba. Desayuno como de costumbre junto a sus padres, su padre la llevaría al colegio antes de ir a su trabajo, trabajo del cualél nunca hablaba. Su madre solo sabía lo que él hacía pero nunca se tocaba ese tema, parecían bastantes felices de esa forma, los tres o quizá debí decir los cuatro, Sophie era parte importante en el lecho familiar para todos. Era momento de irse, su padre llamo a Samanta para subir al auto, un pequeño camaro verde. Algo lujoso eso sí, aun así eran una familia bastante humilde y modesta. Samanta sedespidió de su madre y de Sophie, quizá su madre sentiría algo de celos por la manera tan diferente en la cual lo hacía. Y fue el momento de partir.
El auto se detuvo en un semáforo, el padre de Samanta le recordaba lo que tantas veces había escuchado —Pórtate bien, la secundaria puede ser difícil al inicio pero harás muchos amigos— Samanta a veces no entendía por que su padre le repetía tantoeso, si bien Samanta no era muy social si tenía algunos amigos y cuando se lo proponía no le costaba demasiado hacerlos. El semáforo marco en verde y el auto siguió su curso. Al llegar, el lugar parecía poco amigable, mucho más frio y silencioso de lo que debería ser una secundaria pensó Samanta. Pero era el mejor colegio de la cuidad, su padre siempre quiso que tuviera la mejor preparación para elmundo. Quizá esa no fuera la manera correcta en la cual ella la tuviera.
Samanta entró con decisión a su salón de clases. Había muchos como ella ahí, había de todo como en cualquier salón. No tuvo interés ese día de hablarle a algún otro niño de su clase. Se limitó a seguir el día como cualquier otro, le parecía bastante patético tener que acudir el primer día de clases cuando en realidad no...
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