Cuento
—Te amado como nadie ¿sabes vos? Por ti me hecho marinero y he viajado por otras tierras… Por ti he estado a punto a ser criminal y hasta he abandonado a mi pobre vieja: por tique me había engañado y te habías burlado e mí… Pero me vengado: todo lo que te pasó ya lo sabía yo desde antes. ¡Por eso te dejé ir con ese borracho que hoy te alimenta con golpes a vos y a tushijos!
La playa se cubría de espuma. Allí el mar azotaba con furor. Y las olas enormes caían, como peces
multicolores sobre las piedras. Andrea la escuchaba en silencio.
—Si hubiera sido otro… ¡Ah! …Lo hubiera desafiado al machete a Andrés y lo hubiera matado… Pero no. El no tenía la culpa. La única culpable eras vos que me habías engañado. Y tú eras la única que debía sufrir así como he sufridoyo…
Una ola como raya inmensa y transparente cayó a sus pies interrumpiéndole. El mar lanzaba gritos
ensordecedores. Para oír a Melquiades ella había tenido que acercársele mucho. Por otra parte elfrío…
— ¿Te acuerdas de cómo pasó? Yo, lo mismo que si juera ayer. Estábamos chicos; nos habíamos criado juntitos. Tenía que ser lo que juré. ¿Te acuerdas? Nos palabreamos, nos íbamos a casar… Derepente me llaman para trabajar en la barra de don Guayamabe. Y yo, que quería plata, me fui. Tú hasta lloraste creo.
Pasó un mes. Yo andaba por el Guayas, con una madera, contento de regresar pronto…Y entonces
me lo dijo el Badulaque: vos te habías largado con Andrés. No se sabía e ti. ¿Te acuerdas?
El frío era más fuerte. La tarde más oscura. El mar empezaba calmarse. Las olas llegaban adesmayar suavemente en la orilla. A lo lejos asomaba una vela de balandra.
—Sentí pena y coraje. Hubiera querido matarlo a él. Pero después vi que lo mejor era vengarme: yo conocía a Andrés. Sabía que conél solo te esperaban el palo y la miseria. Así que él sería mejor quien me vengaría… ¿Después? He trabajado mucho, muchísimo. No he querido saber más de vos. He visitado muchas ciudades: he...
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