Cuento

Nombre del cuento: una vida imperfecta
Autor: Ricardo Medina Pelayo
Correo electrónico: pelayo_8496@hotmail.com
Subdirección de enlace operativo de la DGETI en Tamaulipas
Plantel: Cetis 129 Rómulo Cuellar Villafranca
Dirección particular: Pról. Guadalupe Victoria/Luis Caballero #1011
Nombre del asesor: Sonia López Leal
Correo electrónico del asesor: sonia_saldivar@hotmail.com

UNAVIDA IMPERFECTA
Eran las nueve y media de la noche del día 24 de diciembre cuando Claudio volvió a su casa, un cuartucho ubicado en una de las sinuosas calles de El Porvenir.
Era el hermano mayor de ocho hijos que tenía su madre. Su padre lo abandonó antes de que él naciera. Claudio había cumplido ya los nueve años. Esa noche tenía puesta una camiseta, desteñida y llena de agujeros, los pantaloneshabían perdido también su color, por el uso y los remiendos. El chico estaba temblando c. El miedo lo sobrecogía. Parecía un perrito asustado por el ruido de los cohetes. Tenía una bandeja de lata debajo del brazo y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Miro por una rendija de la puerta de cartón mal claveteada, y vio a su padrastro sentado en la banca con un vaso en la mano y varias botellasvacías sobre la mesa. Estaba ebrio, como de costumbre, en compañía de dos hombres. El corazón del chico le palpitó con fuerza. Tenía miedo hasta de respirar. Permaneció indeciso un instante junto a la puerta, hasta que se decidió por fin a entrar. Y su padrastro al verlo no pudo contenerse por haber llegado tan noche y le dijo

- ¿De dónde vienes a esta hora?... ¿Qué cara es esa? ¿Dónde está eldinero?... No sirves para nada nomas andas en la calle de vago quien sabe asiendo que

Y como el chico callaba le interrogó de nuevo, con dureza: -¿Dónde está el dinero?... ¡mugroso!... porque no respondes... dime en donde estabas metido...

Entonces, Claudio le respondió entrecortadamente, casi llorando:

- Yo estaba en la puerta del Coliseo... en la bandeja quedaba solo una papa rellena... unmuchacho me pidió que se la vendiese... cuando se la había ya comido y le reclamé que me pagase, se acercaron tres muchachos más... me golpearon me agarraron de los brazos y se llevaron el dinero que traía...

- ¿Y tú que hiciste, para evitar que te robaran, pedazo de inútil?

- Yo nada más grité para que me ayudaran, pero nadie me hizo caso...

- Habían unos hombres, pero estaban lejos y talvez no me oyeron…

- ¿Crees que me voy a tragar ese cuento mal nacido?... ¡lárgate ya...! y no vuelvas a asomarte por aquí sin el dinero porque te rompo el alma... Y sin que Claudio lo advirtiera le tiró con todas sus fuerzas un botellazo en el hombro que le pego en la arteria del cuello, que le hizo sangrar y estremecer de dolor.
El chico salió llorando sin saber a dónde ir. Llegó a lacarretera. Al pie de la pista estuvo mucho rato: sus ojos se cansaron de ver faros encendidos que iban y venían, llantas incansables de rodar sobre la pista, y el viento frio... Hasta que un buen hombre le hizo subir en su auto un tanto destartalado. Bajó en una de las calles céntricas de la ciudad. ¿Dónde encontraría a los que le habían robado su dinero?... ¿se lo devolverían si él les contaba toda laverdad, de que lo habían botado de su casa por no haber llevado el producto de la venta?

Claudio caminaba por una calle y por otra. Veía por su lado a infinidad de personas: hombres, mujeres niños, ancianos... unos iban y otros venían. En las esquinas, canastas repletas de dulces de Pascua con almendras dulces y pasas... ¡que provocativo era todo esto!... pero que trágico resultaba para elestómago vacío de Claudio... ¡Qué felices deben ser los niños que tienen siquiera, un pedazo de pan para su hambre! pensaba, mientras tragaba saliva y seguía de largo...

Había oído contar a las vecinas, que en la Noche Buena los niños escriben al Niño Jesús, y dejan sus zapatitos sobre la ventana para que les ponga juguetes. Pero él no conocía a ese Niño Jesús... ni sabía escribir... ni tenía...