cuento

Érase alguna vez, en algún remoto lugar de África, en alguna selva, se encontraba algún reino gobernado por un rey León. Todos los animales pertenecientes al reino apreciaban bastante al rey Eliot, entregándole así su respeto incondicional, su servicial lealtad y su eterno agradecimiento.

El rey Eliot honesto y bondadoso en toda su grandiosidad, era dueño de todo el reino de “Allegro”donde todos sus habitantes animales vivían en armonía y felicidad. Todos se llevaban bien entre si, se ayudaban y se querían todos como hermanos incluso con la diferencia de especies y los problemas que el ciclo de la naturaleza había establecido.
El Rey también era Padre de una hermosa pero a la vez caprichosa y engreída y un tanto irrespetuosa pequeña leona llamada Liana, quien se caracterizabapor tener una manchita marrón en su oreja izquierda.

Liana creció perteneciendo a la realeza del reino y acostumbrada a todo lo que esto traía consigo. Ella sabía perfectamente que era la hija del Rey y lo mucho que lo quería por lo tanto pensaba que ella tenía derechos sobre todos los animales que vivían en el reino, tomando así conductas que de vez en cuando molestaban a otros animales.Como aquella semana en la que los animales se habían cansado de Liana por su mal comportamiento, sus maltratos y su superioridad.

Primero fue el Oso Perezoso que dormía a los pies de su árbol cuando de pronto escucha un ruido que empieza a molestarlo.
- ¿Quién anda por ahí? ¿Quién se atreve a interrumpir mi sueño? – Gruño
- Soy Liana, estoy tratando de escalar el árbol – dijo Liana
¿No creesque es muy temprano para eso, pequeña? Además, este es mi árbol y lo estas arañando – le explico el oso medio dormido
Soy la hija del Rey, no es mi culpa que usted solo duerme y coma todo el día, debería hacer algo más productivo por su vida. Además técnicamente este árbol le pertenece a mi padre, por lo tanto es mío y voy a hacer lo que quiera con el. – refuto liana.
Bah, solo déjame dormir. –se rindió el oso.
Y Liana siguió arañando el árbol del señor oso perezoso sin importar que fuera su hogar.

La siguiente fue la hormiga que salía de su nuevo hormiguero cunado de repente aparece liana correteando por todo el lugar
¡Hey! ¡Cuidado niña! Fíjate por donde caminas que vas a destruir mi hormiguero. – gritaba la hormiga para que la leona pueda escucharla
- Fíjate tu por dondehaces tus hormigueros, eres tan pequeña que nadie notaria tu casa así la destruyera – Le recrimino Liana.
Y siguió correteando por los alrededores, mientras la hormiga molesta cuidaba que nadie pisara su casa.
Luego mientras Liana andaba por ahí se encontró con un conjunto de plantas que tenían espinas y esta empezó a jugar con ellos haciéndose la valiente, mientras un viejo orangután la veíadesde lo alto de un árbol
Niña cuidado que te vas a lastimar. – le advirtió
¿Qué? ¿Quién dijo eso? – se pregunto
Aquí ¡arriba, pequeña! Ten cuidado que puedes lastimarte con esas espinas – repitió el orangután
Usted cállese, que puede saber usted de juegos si es muy viejo. – respondió Liana
Eres una leona muy malcriada, Liana. Y se mas cosas de las que crees...
¡ya! Me voy, solo deje desermonearme. – lo interrumpió y siguió su camino

Tanta actividad en el día la había dejado exhausta así que se dirigió al manantial a refrescarse con un poco de agua. Al llegar allá había una cola de animales esperando para tomar un poco de agua, así que Liana decidió ignorarlos a todos y avanzar por su cuenta.
¡¿Qué haces!? ¡Respeta la línea! – le gritaban
¡haz tu cola como todos nosotros! –decían otros.
Soy la hija del Rey y tengo sed, no pienso hacer cola con el calor que hace.
No porque seas la hija del rey Eliot tienes más derechos que todos nosotros. – Reclamo un hipopótamo
Claro que los tengo y por sobre todo de ti que estas gordo. – insulto Liana.
Sin más que decir se acerco a tomar un poco de agua y se fue contenta y coleando dejando a todos los animales descontentos y...