Cuento

Bueno no se mucho de esto, pero supongo que debo darle una introducción. Mi nombre es Shelene Kiyutza, tengo 32 años y vivo en valle de Prahova, Budapest, Rumania. Estoy afortunadamente casada con Laurentziu Kiyutza, de 35 años, un hombre atento, trabajador y afectuoso. Aunque mi esposo y yo vivimos en la pobreza, somos muy honrados, ambos tenemos empleos, que ayudan a nuestro porvenir. Notenemos hijos, planeamos tenerlos en 3 años, en estas condiciones es imposible criarlos. Laurentziu tiene un plan, que, según dice, nos traerá felicidad. Yo limpio casas, mientras que él trabaja en el campo de día, y lo cuida de noche.
¿Acaso quiere documentar su felicidad? Te preguntarás, la respuesta es no. Mi vecina Dida me ha recomendado escribir en este diario para alivianar mis penas. Sí, hasleído bien, diario, siento pena, mucha pena. La manera en que vivimos no es nada propicia, es precaria, hasta lamentable. El plan de mí estimado esposo no es más que una esperanza a un acrecentamiento totalmente ficticio, ya que el viejo Gheorghe apenas puede mantener a sus otros peones. Siento que soy una carga para mi amado Lauri y aunque lo intente, soy simplemente una campesina a la vista de losdemás, y no conseguiré nada mejor gracias a dicho prejuicio. El único incentivo que tengo es ver a mi hombre sonreír, él cree todo lo contrario a los demás, él me ve perfecta y yo a él.
Creo que eso es todo por hoy, Laurentziu está llegando y no quiero que me vea escribiendo aquí, me veré embarazosamente ridícula.

Martes 7 de Septiembre, 1859

Hoy Laurentziu me trajo flores, y me dio unaexcelente noticia, había conseguido otro trabajo! Es en la calle principal, será celador en El Boulevard Eroilor, ya que según habrían informado, hubo movimientos extraños por ahí, no quiso decirme más. Estoy contenta, mas no feliz, sigo creyendo que soy una carga para este maravilloso hombre, que debo hacer?
Dijo que mañana mismo comenzará sus aventuras de vigilante, me encanta ver ese brillo ensus ojos, esas palabras que te motivan a seguir su travesía llena de aventuras. En este momento estoy apreciando su mediana y blonda cabellera, mis dedos navegan en sus cerdas onduladas, mientras parecen perderse de a poco. Él, abrazándome, dormido, yacía sobre mí, murmurando en sueños, palabras que jamás entendería. Me iré a dormir, no quiero despertarlo, adiós!

Miércoles, 8 de septiembre,1859.

Laurentziu durmió poco, no me había dado cuenta de eso, casi no ha dormido. Esta mañana, al levantarme, el ya estaba comiendo el desayuno para irse. Oh maldita injusticia, desearía no sentirme tan culpable, pero creo merecerlo, por ser una inculta.
Se despidió de mi con una sonrisa y su característico: Nos veremos esta noche, My Lady…
He llorado todo el camino al trabajo, de regreso meencuentro con Dida, quien me dijo que me habían dejado algo en la puerta, era un ramo hermoso de rosas, con algunas manchas de sangre, supuse que se habrá manchado con la sangre de algún carnero, así que no le di importancia alguna, “Laurentziu, parece que sientes mis dolencias…” pensé.
Cuando llegó, lo abracé y le agradecí tanto por el ramo, me miró extrañado y juró no haberme mandado tal cosa.Se atrevió a preguntarme si estaba siendo la querida de alguien, lo cual me indigno y terminamos en una pelea. No supe cuando ni siquiera si volvió del Boulevard, a la mañana siguiente ya no estaba.


Jueves 9 de septiembre, 1859.

Hoy ha pasado algo realmente extraño… Mientras mi esposo estaba de sereno, alguien tocó a la puerta. Un hombre alto, con un sobretodo largo hasta lasrodillas, su rostro era pálido, su boca roja carmesí y sus ojos brillaban. Tanto su andar como su aspecto eran totalmente elegantes, sus movimientos y su hablar eran tan refinados que parecía de la realeza, yo creía que era uno de ellos, su belleza exótica me había hipnotizado, hasta me siento culpable, he pecado con la mente.
No era de la realeza, su nombre era Mikel Von Stark y era nada más y nada...