Cuento

Cuento original

Bris estaba tan enojada por los pocos regalos que había recibido en su cumpleaños anterior, que le reclamo de una forma muy severa a su papá exigiéndole mas regalos.
- ¿Por quéestas tan enojada si tienes muchos regalos? – Preguntó su papá - ¡Pero si tienes un montón de amigos!
- Quiero más juguetes, así no necesitaría amigos.
Y tan enojada estaba que su papá tuvo queproponerle un trato:
- Está bien. Como muchos amigos tuyos me han pedido que los invite a tu fiesta de cumpleaños, te daré un regalo más por cada niño al que le digas que ya no lo quieres como, asígasto menos en tu fiesta y te doy más de lo que quieres.
- ¡Hecho! – dijo Bris sin dudar... – por mi no invites a nadie.
Aquella tarde del 9 de Octubre se encontró con una enorme montaña de regalos.Tantos, que dos días después aún seguía abriéndolos. La niña estaba feliz, gritaba a los vientos lo mucho que quería a su papá, tanto que todas las mañana le preparaba el desayuno.
Luego comenzó ajugar con sus regalos. Eran tan alucinantes que no pudo esperar a salir a la calle para mostrárselos a los demás niños.
Pero, una vez en la calle, todos los niños la ignoraban, la veían como si setratara de una total desconocida.
- Vaya- pensó Bris - supongo que me he quedado sin amigos. Bueno, qué más da, sigo teniendo mis juguetes.
Y la niña volvió casa. Durante algunas semanas disfrutó deun juguete nuevo cada día, ella era muy feliz con todos ellos tanto que le hizo olvidar su falta de amigos. Pero no había pasado ni un mes cuando sus juguetes comenzaron a resultarle aburridos.Siempre hacían lo mismo, y la única forma de cambiar los juegos era inventándose nuevas aventuras y nuevos mundos, cosa que hacia con todos sus ex amigos.
Entonces empezó a extrañar a sus amigos. Se dabacuenta de que cuando estaba con sus amigos, siempre se les ocurrían nuevas ideas y formas de jugar con sus juguetes ¡Podían jugar con un mismo juguete durante semanas! Y tanto lo pensó, que...