Cuento

Catalina, y su gran sueño.

Una fría mañana de febrero me despierto con la llegada a mi dormitorio de mi pequeña Catalina, quien con un beso me despierta, diciéndome: “¡buenos días tata!”, parainiciar el día con trabajos de esquila que se realizan durante esta temporada. El frío se ve reflejado en sus mejillas sonrojadas, han transcurrido recién tres días desde que subimos de nuestro aisladopueblo llamado Porvenir, que se encuentra en la Isla de Tierra del Fuego. Mi tierra porvenireña se encuentra a gran distancia de mi estancia llamada “Lucía”, lo que no hace posible que podamos bajartodos los días.
El transcurso del día se hace agotador ya que el día durante este periodo es largo, ya que oscurece hasta tarde, lo que hace que finalmente trabajemos más de lo que frecuentemente sehace a diario… a lo lejos observo a Catalina, que va a darle agua a los perros ovejeros que se encuentran amarrados.
Mi nieta es una niña de 16 años que en estos momentos se encuentra de vacaciones,debo decir que tiene gran interés desde muy niña por acompañarme en mis trabajos de campo, probablemente porque con mucha frecuencia todos los veranos venimos con la familia, a disfrutar como siempredel aire libre del campo, los asados y la vida familiar.
Este mes particularmente es importante no solo para los porvenireños, sino que también para todos aquellos que trabajamos de la ganadería,faltan muy pocos días para la celebración que se realiza todos los años… “El asado más grande” en donde distintas personas de campo realizan asados para la comunidad porvenireña, en donde finalmentesale seleccionado aquel que haya cocinado mejor un cordero, en donde se le entrega un reconocimiento y premio al primer lugar. Además se les invitan a las personas a participar dando sus opiniones ysirviendo sabrosas comidas.
Como pasan los meses y veo que mi Catalina está cada vez grande hecha una señorita y cada día más parecida a su abuela.
Ya es Junio y comienza un nuevo...