Cuento

La flor de la esperanza
Despierto y no veo nada más que un resplandor en el techo, no sé qué sea pero realmente tampoco me interesa, mi mente esta en algún lugar muy lejos de aquí. Amanezco inmóvil, o al menos así me siento, apenas se asoma el sol y ya quiero que termine el día, quiero volver a ese mundo de sueños en el que me siento dueño del universo, un lugar en el que estoy seguro que nadame dañara. Pero es una fantasía, una fantasía de la que tarde o temprano despertare y tendré que seguir con mi realidad. Pero ahí está ella, con esos ojos grandes y redondos, de un color verde como la hierba de verano, que solamente con verlos sientes que estas a salvo de todo y de todos. Al verla mi mente vuelve a mí y retomo el control de mi cuerpo como por arte de magia, ella es por lo cual melevanto cada día y tengo fuerzas para seguir con nuestras vidas. Su nombre es Emily, es una linda niña de 12 años, con una nariz delgada y unos labios carnosos, un cabello largo y rizado. Mi madre le pido que subiera a hablarme para el desayuno. Me levanto, me visto y bajo. Desde mi cuarto podía oler el agradable olor a la comida de mi madre, que independientemente de que sea, sé que meencantara. Nos sentamos a almorzar y una vez más, noto en el rostro de mi madre esa apariencia, es como si nada a su alrededor le importara, pero no la culpo. Desde que nuestro padre murió a causa de las guerras de mi país, ha ido derrumbándose poco a poco, parece que nada tiene ya sentido para ella. He llegado a pensar que nosotros somos una carga y que solo está aquí para hacerse cargo de nosotros, perosu deseo seria estar con mi padre, a veces solo se recuesta, se voltea hacia la pared y cierra sus ojos, más nunca duerme, pienso que solo imagina y crea historias estando con él, rodeándola con sus brazos y diciéndole que todo va a estar bien.
Después de almorzar, Emily toma sus cosas y yo la llevo a su escuela, es un largo camino de terracería, rodeado de pasto verde y flores de todos colores,es claro que estamos en verano por que el calor y el camino nos agita cada vez más. Sin embargo, a Emily parece no importarle, va brinque y brinque todo el camino, y si ella parece feliz, yo soy feliz. Cuando al fin llegamos a la escuela, que es solo un par de cuartos hechos de adobe, me agacho y le doy un beso en la frente como de costumbre, Emily se vuelve y toma una flor peculiar, no sé muybien que flor sea pero es muy bonita y llena de color, se regresa hacia mí y me la da, solo sonrío y ella entra a la escuela.
Por mi parte yo me voy al trabajo, a unos 500 metros de la escuela, mi patrón apenas abriendo la puerta me da los buenos días y yo le contesto cortésmente, “Buenos días Don Agustin”. El lugar es una herrería muy humilde al igual que mi patrón y yo pero a lo largo de losaños hemos sabido concordar con la gente y ganarnos su confianza por lo que ha salido adelante. Al final del mediodía, mi descanso lo aprovecho para pasar por Emily, que a esta hora debe estar saliendo de la escuela. Ahí está, sentada con los pies al aire y abalanzándolos de un lado a otro. Levanta la mirada y me ve subiendo la colina, con los ojos entrecerrados por el sol de mediodía y una gota desudor en la frente, me ofrece un poco de agua y bebo hasta dejar el bote medio vacío. Emily solo sonríe y empieza a caminar rumbo a la casa. En el camino encontramos a nuestra madre haciendo las compras en el mercado del pueblo. Emily y yo nos extrañamos, generalmente las compras las hago yo, mi madre se queda en casa haciendo los deberes o imaginando una de esas historias que inventa con mi padre.Nos mira fijamente y esboza una leve sonrisa, sin saber que decirle, solo la miro y le contesto la sonrisa. Empieza a hablar preguntándonos si queríamos naranjas o guayabas. Emily y yo no decimos nada, ella agarra las naranjas y sigue hablando -sé que piensan, pero ya es hora de seguir con nuestras vidas, perdónenme por favor-, yo me quedo inmóvil pero Emily después de un rato, la abraza con...