Cuento

Escuela de Gravilias
Desamparados, San José

Concurso: El Día Que Costa Rica Ganó el Mundial

Cuento:
Duendecillo Saltarín

Presentado por:
Valería Coto Soto
Fecha de nacimiento: 29 de octubre del 2002
Nivel: Sexto grado

Nombre de la madre: María Gabriela Soto Vargas
Cédula identidad: 1 1061824
Teléfono: 83088883

Una mañana Manuelito se levantó con ganas de salir a mejenguearen la
plaza del pueblo.

Miró por la ventana y vio como estaba de bonito el pasto

húmedo. Escuchó a los niños reír libremente y se sintió feliz

de vivir en un

pueblito lleno de paz y de alegría.

Manuelito tenía algo en común con sus amigos del pueblo, era fiebre por el
futbol.

En tardes de verano se deleitaban haciendo jugadas como las de

Ronaldiño en la plaza, pero en tardelluviosas, se distraían en el futbolín.

Esa ilusión por el futbol la había aprendido de su abuelo. Su abuelito era un
anciano dulce y tierno. Eran amigos y siempre conversaban sobre las maravillas
que hacían algunos jugadores con un balón .

Su abuelito guardaba con mucho cariño una hermosa bola de futbol,y no
permitía que la tocara nadie.

Manuelito le preguntaba por qué no lo dejabajugar con esa bola, que
relumbraba de una manera especial, y el abuelito le decía que algún día sería de
él pero que todo tenía su tiempo. Que estaba seguro de

que sería un gran

futbolista y que todo el pueblo de Costar Rica y el mundo entero lo aplaudirían y
lo felicitaría en un estadio muy pero muy grande.

Una mañana oscura, de esas que no quieren que dejes la cama, donde el
sol seniega a salir y a calentar con sus rayos brillantes la tierra, le avisaron a
Mano, como le decía su abuelito, que este había partido al cielo. Lloro, lloro y
lloró como nunca lo había hecho.

No solo había perdido a su amigo, a su

compañero de charlas de futbol, sino que había perdido la oportunidad de jugar
con aquella bola, esa bola que parecía decirle tómame, juega conmigo, ayúdame
arecobrar vida.

Después de la muerte de su abuelito, Manuelito tenía sueños muy extraños,
veía como la bola

bajaba de su escondite, brillaba de manera sorprendente,

brincaba y saltaba con un desborde de alegría. Le hablaba al oído y le decía que
lo haría un jugador famoso, que ella era un regalo de esos que Dios manda para
que los niños cumplan sus sueños.

Pero todo era un sueño, aldespertar,

regresaba a la realidad. Y es que Manuelito no era muy diestro para el futbol.

Cuando iba a la plaza, debía regalarle confites y popis a sus compañeros
de juego, para que lo dejaran participar en el juego, porque cuando pateaba la
bola, si la lograba tocar, tomaba otra dirección pero menos el del marco donde
debía hacer goles. Con facilidad le quitaban la bola sus contrarios ypasaba más
en el suelo que de pie. En otras palabras era un fracaso como futbolista.

Una tarde donde la esperanza muere, donde los niños queremos que
realmente existan las hadas o los ángeles de Dios, el padre de Manuelito se
acercó y le dijo: “– Mira quiero mostrarte algo que te cambiará esa cara de tristeza
por un rayito de alegría”-. Le mostró una caja toda mal envuelta en papel deregalo color azul y de estrellitas. Por más que buscó en su mente si esa fecha era
algo especial, el motivo de aquel sorprendente regalo sobre la nada, no encontró
ninguna razón. Esperó un momento para escuchar las palabras de su padre,
quien suavemente y con ternura le comentó que ese regalo era algo que el abuelo
le había dejado. Pudo ver lágrimas en los ojos del papá y hasta una cara denostalgia.

En la mente de este niños pasaron como nubes veloces que juguetean con
el viento, todas las charlas que tuvo con su abuelo y sus reiteradas promesas de
que sería muy buen futbolista.

Tomó la caja, y para sorpresa de su padre, no la abrió de inmediato, se
alejo a un rincón de la sala, la observó y pensaba en lo que el abuelo le decía,
eran solo ilusiones de esas que te dicen los...