Cuento

LA VOLOUNTAD HACE MILAGROS
Era una noche como cualquier otra; fría, desolada, hecha para dar miedo a aquellas personas que suelen salir siempre tarde de su trabajo, pero ese no era mi caso, yo yaera un poco viejo y la edad me había hecho más fuerte ante la fuerza sombría y desoladora de la noche Recuerdo que caminaba en dirección a mi casa, con mis manos, un poco ásperas y suciassujetaba mi grueso abrigo de tela, color marrón, el cual me proveía protección para el frio. Con pasos largos y rápidos camina por una larga calle desolada que parecía observar todos mis movimientoscomo cuando un tigre vigila a su presa antes de devorarla. Cuando llegue a la mitad de la calle, me di cuenta de que no estaba solo como pensaba, al frente había cuatro jóvenes alrededor de un bote debasura. Al notar mi presencia aquellos jóvenes, se miraron y se susurraron algo entre ellos. Yo no quería quedarme a pensar cuál sería su siguiente movimiento así que decidí seguir mi marcha, peroantes de que me diera cuenta estaba totalmente rodeado. Uno de ellos se me acerco y con su mirada fría y penetrante me dijo: “bueno parcero no se me va a azorar, estamos, solo queremos que nos entreguela lana que tenga y no le hacemos nada”. A lo que yo conteste con un tono un poco sarcástico:” lo siento muchachos, la verdad no tengo nada de valor. Yo solo soy un viejo trabajador, no tengo nadaque ofrecerles, si al menos tuviese algo con mucho gusto se los daría.” El hombre riéndose se apartó de mí. Yo estaba mirando su cara risueña, pues parecía que ya todo estaba entendido, cuando pensabaen seguir mi camino la cara de aquel hombre se transformó y haciendo uso de su fuerza me arrojo contra el bote de basura, con tanta fuerza que al caer, me lastime uno de mis brazos. Aun sabiendoque con un brazo lastimado y mi avanzada edad no podría contra ellos, me decidí a que no dejaría que unos vándalos quebrantaran mi gran espíritu. Dispuesto a luchar me levante, los hombres al ver...