Cuento

Era un viaje como todos, uno más de los miles que había hecho, un paseo en barco, un poco más largo que lo común pero nunca me imagine lo que iba a pasar. Luego de grandes aprontes, muchas valijas yrepartir un poco de amor por la familia; una mañana soleada partimos hacia el océano.
Éramos tres, mi hijo y mi hermana iban conmigo, partimos hacia el sur sin un rumbo fijo, mucha comida, algo deabrigo y muchas ganas de aventurar; era el primer viaje de Pablo, mi hijo; luego de trece años insistiendo para viajar conmigo, mi hermana me animo a llevarlo.
La primer semana pasamos muy lindo y eltiempo estuvo genial, ni mucho viento, ni mucho frio, un poco de calor y aguas preciosas; pero el octavo día, por la noche se levanto un viento raro; lo que no sabíamos era que ese viento, era elcomienzo de un gran temporal, un temporal que nos haría naufragar y llegar a una isla jamás imaginada.
Naufragamos tres días sin saber donde nos encontrábamos, cada vez más lejos de la tierra queconocíamos, cada vez con más temor y menos comida; el frio era intenso y nuestro abrigo estaba empapado, no paraba de llover y no veíamos tierra firme; Pablo no paraba de llorar y Ana ya no sabia comoconsolarlo. Durante el día arreglábamos el barco, durante la noche, Ana y yo nos turnábamos el cuidado del mismo.
Fue en la noche número doce, cuando el viento disminuía, que vi aquella pequeña isla, parecíatener más refugio que nuestro barco, de las olas estaba deshecho, asique decidí acercarme a observar. Si la isla parecía segura, por la mañana bajaríamos a la misma, luego de casi dos semanas deviaje y un par de días naufragando, tocaríamos tierra firme; o eso parecía.
Por la mañana Ana y Pablo estaban ansiosos por bajar, tanto que se olvidaron de desayunar, la ansiedad y las ganas de aventurarle ganaban al hambre y al sueño, incluso el frio quedaba atrás, luego de muchos días de lluvia el sol asomaba, tímido, detrás de la inmensidad del océano; con el sol más sobre nosotros y luego de...