Cuento
Anda di que si- Repetía insistentemente la chica conla que llevo más de dos años saliendo. No, entiende, es temporada de derrumbes y no estás en condiciones para viajar. Sus repentinos mareos habían sido un obstáculo para salir de viaje y continuartodas aquellas aventuras que solían vivir antes. Ashhh, son unos simples mareos, además me siento mejor- Repetía quejumbrosamente la chica. No, he dicho-. La chica lo miraba con ternura, rogándole ir aescalar las frías montañas norteamericanas, que en esta temporada se encontraban totalmente cubiertas de nieve. Ah, está bien-. Dijo y suspiro conforme. Te amo Kendall-.Dijo la chica plantándole undulce y tierno beso en la mejilla.
El salto en paracaídas, la caminata que dieron para encontrar un lugar donde refugiarse, todo iba bien pero una avalancha hizo que perdieran a su guía, su primeravisita a las montañas, ¿se iba a convertir en la última? Una selva, el desierto e incluso una larga caminata finalizada por la Gran Muralla China no se comparaban con eso. El frio los tenía cubiertos,atemorizados. Andaban a paso lento, abrazados por una fina capa de hielo, con esperanzas que todo mejore. La gran ventisca había cubierto todo por completo, podrían estar pisando cualquier animalejo queahí habitara sin darse cuenta. Pasaron por un lago congelado, no lo sabían, la delgada capa de hielo se estaba quebrando, Kendall había logrado llegar al extremo del lago sin darse cuenta y Camila,...
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