cuento

En cierta ocasión...
Existió una chiquillo, que era tanta la infelicidad que le aquejaba, se olvidaba de dos palabras mágicas: "lo siento" "muchas gracias" Simplemente no podía, era imposible. Eratan evidente el comportamiento de este pequeño, que todo aquel que se le acercaba concluía que efectivamente no se encontraba bien. Persona tras persona comentaba, susurraba... "-A caso estaráenfermo?" "Necesita ayuda
Ignoraban que no se trataba de una cuestión médica, no padecía de problemas del habla, por supuesto que no.
Nadie podía descifrar el por qué de esa actitud, absolutamente nadie.Ante cualquier muestra de amor se portaba tan indiferente, antipático y no prestaba importancia a nada.
Cierta mañana, el pequeño se encontraba con sus amiguitos de la colonia, en el parquecito. cercade su casa. Era tan agradable el ambiente que se apreciaba, que todos gustosos se divertían por doquier. Sin embargo, él no lo hacía como era de esperarse.
Optaba por ir a recorrer los caminosestrechos entre los frutos.
Él, no se cuestionaba como lo hacían todos, era su mundo, su esfera de cristal en la que solo él existía.
De pronto, dirigió la mirada hacia el manzanar más frondoso yllamativo, fue tanta su impresión que no desprendía la vista ni un instante.
Exclamó.
_ Si tan sólo pudiera tomar una rica y dulce manzana...
De pronto... Un susurró lo dejó perplejo.
_¿Qué has dicho?El pequeño quedó parcialmente sorprendido, la voz venía exactamente de ese hermoso manzanar.
_ Dije que... (titubeaba)
No lo asimiló y dio la media vuelta.
_No te vayas, no es necesario; tu gustasuna de mis manzanas y me la puedes pedir, la naturaleza nos pertenece a todos.
Exclamó el árbol.
_¡No! No quiero, ¡¡yo no!! (Continuó el pequeño)
_ Te resulta tan difícil decir lo que te apetece?Sabes tú, lo que estas pequeñas significan para mí? No, no lo sabes; pues ellas son mis frutos, por las cuales yo he de sentirme vivo. Y significan tanto que las cuido como lo más preciado que tengo...